Delicioso Amor: Capítulo 37

Se dirigió hacia la cadena de música que había en el cuarto y le dio al play. Una música muy sensual empezó a sonar. Paula se puso en frente de él y comenzó a moverse muy lentamente, moviendo las caderas.
Pedro no se esperaba eso para nada. Vio como meneaba el beep como se balanceaba haciendo que se imaginara lo que le esperaría después. Con la boca abierta intentó tragar saliva pero fue demasiado tarde ya se le caía por la comisura del labio.
Paula  se fue acercando poco a poco sin dejar de moverse sensualmente. Le cogió de la mano y lo puso de pie. Sin apartar la mirada de sus ojos empezó a acariciarle el pecho bajando muy lentamente hasta que tropezó con la hebilla de su cinturón. Empezó a desabrocharle el cinturón. Cuando terminó con este empezó con los botones de su pantalón. Se los fue bajando muy despacio, no había prisa, tenían toda la noche para ellos. Por fin estaba como ella quería solamente con unos boxers negros que no ocultaban la gran excitación que sentía.
Paula se dio la vuelta quedando de espaladas a Pedro y pegando su cuerpo completamente al de él.
-Baila conmigo. - le pidió mientras el rodeaba su cintura con sus fuertes brazos.
Los dos empezaron a moverse muy lentamente al son de la música. Paula pensaba que no podría estar mejor que así. Completamente cubierta por los brazos de Pedro con su boca pegada a la curva de su cuello sintiendo como respiraba cada vez más fuerte al rozar su beep con el miembro de Pedro. Se dio la vuelta para quedar enfrente de esos ojos  que tanto le gustaban.
Sin decir una palabra Pedroempezó a acariciarle los hombros y a bajarle las tirantas del camisón. Paula lo agradeció porque necesitaba urgentemente las manos de Pedro sobre su cuerpo.
Lentamente le bajó el otra tirante del camisón y la seda resbaló por el cuerpo de Paula rápidamente. Pedro se quedó de piedra al ver el cuerpo canela desnudo de Paula. Unas pequeñas braguitas negras cubría la gran intimidad de ella.
Paula  pasó sus manos por la espalda de él bajando hasta sus nalgas que empezó a acariciar para luego continuar pasando sus manos para la parte de adelante. Pedro aguantó la respiración al sentir las manos de su amante por su parte más sensible que la acariciaban con mucho cuidado.
-Estás duro - susurró pasándose la lengua por los labios.
-Tú me pones duro, nena. - dijo sin apartar la mirada de su boca.
Paula  esbozó una sonrisa y comenzó a bajarle los calzoncillos y tenerlo completamente desnudo.
Empezó a empujarlo hacia la cama en la que Pedro se sentó rápidamente en ella. Sin dudarlo se puso de rodillas delante de él y sin pensarlo dos veces agarró el miembro de Pedro con la mano. Pedro soltó un gemido y cerró los ojos. Ella comenzó a masajear muy despacito su miembro hacia arriba y abajo disfrutando con la cara de placer que ponía Pedro.
-¿Te gusta?
-Sí - dijo en un susurro.
-No te oigo - dijo ella apretando el miembro de Pedro.
- ¡Sí!- gritó Pedro.
-Eso me imaginaba.
Y antes que el pudiera decir una palabra Paula se llevo el miembro de Pedro a su boca. Comenzó lamiéndole la punta para luego continuar por el tronco hasta llegar a la base.
Paula nunca había sido tan desinhibida  pero no sabía que le pasaba con Pedro que lo único que quería era que disfrutara tenerlo contento y aunque nunca creyera que pudiera ser así se estaba excitando con eso que estaba haciendo.
Paula se fijo en la cara de Pedro y vio que le quedaba poco para explotar por lo que decidió darle el empujoncito final. Se metió el miembro en la boca y aunque no se lo podía meter entero ya que era demasiado grande consiguió que Pedro se excitara igual.
-Ohh sí Pau sigue.
Paula empezó a balancear la cabeza arriba y abajo cada vez más rápido hasta que notó que Pedro ya no podía más y explotó dentro de su boca.
Mientras Pedro se recuperaba del maravilloso orgasmo que acababa de tener, Paula le acariciaba los muslos. Cuando el agachó la mirada para encontrarse con esos ojos, Paula le sonrió.
- Ahora me toca a mi - dijo él.