viernes, 5 de junio de 2015

Un Juego De Gemelas: Capítulo 3

—¿Y qué te ha hecho llegar a esa brillante conclusión? —exigió ella con un tono de voz que su padre habría reconocido con temor.
Pau no solía enfadarse, pero cuando lo hacía…
—Te sonrojas cuando hablamos de sexo.
—Las mujeres casadas se sonrojan. Si te basas en eso, necesitas refinar tus estrategias de deducción.
—No juegues conmigo en ese tema —estrechó los ojos—. Sé lo que sé.
—Lo que crees que sabes.
—Deja esa tontería. Lo siento si mi comentario a aguijoneado tu orgullo femenino, pero nunca permitiré que me mientas.
—¿Te preocupa la honestidad?
—Sí.
—Sorprendente. La mayoría de los hombres de negocios de tu nivel son muy inventivos con la verdad.
—Pero no tolero la mentira en mi vida personal.
—En ese caso, deja que lo repita… No soy virgen.
Él tensó la mandíbula y unas finas líneas blancas aparecieron en las comisuras de su boca. Lo molestaba en serio esa declaración de experiencia sexual.
—Nunca has tenido una relación seria —afirmó.
—¿Es eso lo que te ha dicho mi padre?
—Sí —aceptó él. No parecía incomodarlo que lo acusara de hablar con su padre de algo tan privado.
—Bueno, es obvio que no lo sabe todo sobre mí, lo que no debería sorprenderme —dijo. Él debía haber notado desde que salían que Miguel Chaves y ella distaban de estar unidos.
—Tiene motivos para saber ciertas cosas.
—¿Te refieres a los guardaespaldas que se supone que ya no tengo?
—¿Sabes lo del servicio de seguridad? —Pedro pareció levemente avergonzado.
—Desde luego —ella puso los ojos en blanco—. ¡Por favor! Decirle a mi padre que no quiero guardaespaldas no implica que él me haga caso. Al menos ahora, en silencio y a distancia, tengo más intimidad que cuando los tenía respirando en mi nuca.
—No tanta intimidad.
—No tengo que pasar la noche con un hombre para practicar el sexo con él —replicó ella. Sabía que él se refería a que su padre sabía dónde dormía y si alguien la acompañaba.
—Pero habrías tenido que tener una relación de más de unas cuantas citas, porque no eres el tipo de mujer que se acuesta con un hombre por capricho.
—¿Tan seguro estás de eso?
—Sí.
Ella no pudo negarlo, era verdad. Y no mentía. Al igual que él, odiaba las mentiras. Por ejemplo que alguien alegara amarla cuando no era así.
—He tenido más de una relación de varios meses. Tengo veinticuatro años.
—Pero ninguna de ellas fue profunda.
—¿Cómo lo sabes? Te lo ha dicho mi padre —adivinó—. No puedes fiarte del juicio de un hombre que piensa que un balance es más comprensible que una persona. Él no me conoce.
—¿Igual que yo no te conozco?
—Eso me temo, sí.
—Te equivocas —negó Pedro, con impaciencia.
Pero ella sabía que Pedro no la conocía mejor que su padre y por tanto que no podía importarle más que a su padre. Aunque le dolía saberlo, la llevaba de nuevo a preguntarse por qué quería casarse con ella.
Él la miraba como si esperase otro argumento, pero ella no tenía por qué convencerlo de su punto de vista. En ese caso lo importante era su opinión y que Pedro  insistiera no iba a cambiarla.
—No me baso sólo en su palabra —dijo Pedro—. Hice que te investigaran —su expresión no mostró el más mínimo arrepentimiento.
—¿Qué? ¿Por qué?
—Cuando empecé a considerarte como posible esposa. Me pareció prudente.
—Estás de broma.
—No.
—Creía que eras demasiado arrogante para pensar que necesitabas algo más que tu propia opinión sobre una persona, en una situación como ésta.
—Ya me habías llamado arrogante antes.
—¿Sí?
—Sí, cuando te dije quién ganaría la liga.
—Estabas convencido de tener razón y ni siquiera eres aficionado al fútbol americano.
—Sin embargo, tenía razón —encogió los hombros.
—Pues te equivocas respecto a mi virginidad —aunque le dolía recordar la razón por la que no lo era, sintió cierta satisfacción llevándole la contraria.
Quizá debería sentirse ofendida porque la hubiera investigado, pero no era así. Pero estaba molestaba. Si Pedro deseaba una relación con ella debería haberse esforzado por conocerla mejor, en vez de investigarla. O al menos, haber hecho ambas cosas.
Las similitudes con su padre empezaban a acumularse de mala manera. Había sido educada por un hombre que habría hecho exactamente lo mismo en esa situación, y que la tenía bajo vigilancia constante con la excusa de su seguridad. Al fin y al cabo, era la hija de un hombre muy rico e influyente. Pero también utilizaba esa vigilancia para supervisar más que su seguridad. Ella no entendía con qué fin lo hacía.
Si quería mejorar su relación con ella, no lo conseguiría con informes detallados de sus actividades. Pero tal vez él lo prefería así: cumplía con su obligación paternal sin involucrarse emocional mente.
—Mi detective es muy concienzudo —Pedro interrumpió sus caóticos pensamientos.
—Hasta los mejores detectives cometen errores.
—Puede.
Pero ella supo que no la creía y eso, en vez de enfadarla le hizo reír.
—Si quieres, iremos a mi piso y te lo demostraré.
—¿Intentas provocarme, pethi mou? —no parecía nada divertido. Sus ojos oscuros brillaban con una advertencia que ella no pensaba tener en cuenta.
—Retarte, creo —se sentía temeraria. No sabía si por la inesperada declaración que no había incluido una sola palabra de amor, por recuerdos que prefería olvidar, o por la renovada evidencia de que su padre no quería tener ningún vínculo emocional con ella.
No era una mujer que se tomase el sexo a la ligera, pero no era virgen y de ningún modo iba a casarse con un hombre que podía desvincularse de ella con tanta facilidad. No quería que Pedro fuera como su padre, ni soportaría una relación fría y distante.
—¿Por qué sientes la necesidad de retarme? —preguntó él, con voz de asombro.
A ella casi le hizo gracia esa reacción casi machista a un tema que debería poder hablar con claridad.
—¿Por qué no me deseas lo suficiente para haberme seducido? —dijo, pensando que tampoco había aceptado sus indirectas, que no siempre eran sutiles.
—Ya te lo he dicho.
—Crees que soy virgen y por eso soy intocable hasta la noche de bodas.
—En esencia…, sí. Tal vez no hasta la noche de bodas, pero sin duda hasta que fijemos una fecha.
—No estamos enla Edad Media.
—La integridad no tiene épocas.
—¿Eso era un dicho de tu abuelo?
—De hecho, sí —dijo él, aunque sus ojos chispearon doloridos durante un segundo.
—No entiendo por qué quieres casarte conmigo. No me amas.
—¿Todas tus amistades se han casado por una emoción efímera que en la mayoría de los casos no dura más allá de que se enfríen las sábanas?
—No —no podía decir que todas sus amistades se hubieran casado por amor—. Pero no son yo, y resulta que yo creo en esa «emoción efímera». Quiero más de un matrimonio que la fusión empresarial de dos vidas —quería más que eso de la vida en sí, pero no sabía cómo conseguirlo.
Otras personas encontraban el amor con facilidad, ella no. Pero no por eso había perdido la esperanza.
—Y tendrás más. Somos compatibles, en todos los sentidos. Tendremos familia. Incluso disfrutas con la compañía de mi madre.
—Es fácil llevarse bien con ella, pero lo dices como si eso fuera un hecho fundamental.
—Dado que, como buen hijo griego, he elegido que mi madre viva cerca de mí, lo es.
—No me importaría vivir con tu madre, pero no estoy tan segura respecto a su hijo.
—Entonces, ¿estás considerando mi propuesta?
Ella reflexionó, con el corazón acelerado y el dolor de la incertidumbre en el pecho. Creyera lo creyera sobre el amor, temía que ya estaba irrevocablemente enamorada de él. La idea la aterrorizaba.
—Sí, pero no puedo contestarte ahora.
—Debías estar esperando esto.
—Por extraño que te parezca, no. Ya te lo he dicho.
—Sí —suspiró él—. Pero esperaba que al menos habrías considerado la posibilidad.
Pau se encogió de hombros, sin saber qué decir. Ella había creído que él no buscaba una relación más seria porque no había querido intimidad sexual; él había supuesto que ella entendería que no buscaría el sexo antes de que hubiera un compromiso.
—¿Y no puedes tomar la decisión ahora, sabiendo lo que sabes de mí y de tí misma?

4 comentarios:

  1. Muy buen comienzo! que raro empezar con una propuesta así una historia!

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  2. Guauuuuu ! Es medio raro Pedro... la historia eata buena, me gusta. Ya quiero loa próximos capitulos !!!!

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