Delicioso Amor: Epílogo

Un año después…

- Y así fue como vivieron felices y comieron perdices - dijo Paula asomada a la cuna mirando al bebe.
En ese momento llegó Pedro al cuarto, se apoyó en el marco cruzado de brazos contemplando la tierna escena. Paula  besó tiernamente la frente del bebe y lo cubrió con una mantita, después se volvió hacia la puerta y vió como él la miraba muy sonriente.
- ¿Cuanto llevas ahí?
- Lo suficiente como para darme cuenta de cuanto te quiero.
Paula frunció el ceño y apoyó las manos sobre las caderas.
- Osea que hasta ahora no me querías ¿no? Has estado fingiendo - dijo toda seria aguantando la risa.
- Pues… al principio no te soportaba, luego te fui cogiendo cariño y finalmente me enamoré de ti - dijo empezando a caminar hacia ella.
- ¿Y cuando fue eso exactamente? - dijo cruzando los brazos.
- A los 3 segundos de verte. El primero no te soportaba porque ya me robaste el corazón, el segundo te cogí tanto cariño que el tercero ya me enamoré - dijo rodeando la cintura de ella con sus brazos.
- ¡Ay no seas cursi! - lo golpeó en el hombro.
- ¿cursi? ¡encima que te digo cosas lindas! - dijo poniendo cara de pucheritos.
- ¡no! ¡no se vale! Sabes que si me pones esa carita no me puedo enfadar contigo
- jajá jajá ¡te quiero princesa!
- ¡y yo Pepe!
- ¡ey! ¿y porque no me dices bebe?
- porque ya hay un bebe, y si te llamo a ti también bebe pues va a ser un lio
- jooo… yo era bebe antes que él - dijo con cara de pana.
- jajaja ¡ay mi celosito! ¡Tu nunca cambias!
En eso sonó el timbre y bajaron a abrir la puerta para ver quien era.
- ¡Hola hola! - dijo Marcos entrando dentro.
- ¡Pasa hombre pasa! Tú como en tu casa - dijo Paula  irónicamente cerrando la puerta.
- ¡Ay Morena! Tú siempre de buen humor - le dijo él.
- ¿Y como tú por aquí? - preguntó Pedro.
- He venido a ver a mi sobrinito.
- Ahora está dormido - dijo Pedro.
- No hay problema, yo lo despierto.
- ¡No! - dijeron Pedro y Paula a la vez.
- ¡Pero yo quiero ver al mini Pedro!
- Pues espera a que se despierte - le advirtió Paula.
- ¡no si en vez de bebe va a parecer oso de tanto dormir! - se quejó Marcos.
- ¡Déjale dormir! Luego lo ves, mejor vamos al jardín a tomar un poco de aire.
- Ok, ok - se rindió Marcos.
Se fueron al jardín y se sentaron en unas sillas a charlar mientras tomaban limonada. Al rato llegaron Marcela y Carlos, que también habían decidido visitar a sus amigos.
- ¡Pau! ¡Pau! - se oyó decir a un níño.
Los 3 se volvieron y vieron a Carlitos caminando lo más rápido que podía, pues aún no sabía andar bien, y detrás estaban sus padres viéndolo sonrientes. Paula se puso en pie y fue a donde su sobrinito para cogerlo en brazos.
- ¡Ay mi sobrinito lindo! - lo besó en la frente - ¡cada día más grande y guapo!
- Es que... ¡tiene a quien parecerse! - bromeó Carlos refiriéndose a él mismo.
- ¡Gatito no seas creido! ¡Carlitos se parece a mí!
- Di que no Carlitos, a que te pareces a tu tio Marcos ¿eh?
- No No - decía Pedro.
Paula harta de que estuvieran sacando parecidos al pobre niño, se alejó de ellos mientras le decía al oido a su sobrino:
- ¡Ay Carlitos! espero que tardes mucho mucho en ser mayor, porque corres el peligro de terminar como ellos.
El níño la miró y empezó a reírse como si le hubiera entendido todo.
Al nochecer, hicieron una barbacoa, donde comieron de todo. Estuvieron hasta tarde riendo y hablando. Lo primeros en marchar fueron Marcela y Carlos, pues el niño estaba cansado y se estaba quedando dormido. Al rato se fue Marcos.
Cuando todo estaba recogido, Paula y Pedro fueron al cuarto de su bebe para acostarlo de nuevo, cuando se hubo dormido fueron a su cuarto y se acostaron.
Horas más tarde, el bebe se despertó y Pedro fue a atenderlo. Lo cogió en brazos y lo llevó a su habitación. Paula  estaba adormecida y como no quería despertarla, acostó al bebe entre ellos dos y los 3 se quedaron dormidos.
Cuando el Amor es lo mas Grande nada lo supera ....



FIN