Salió de la habitación dejando a Paula con la palabra en la boca.
A Paula esas palabras le sentaron como un jarro de agua fría. ¿Cómo podía haber sido tan estúpida? ¿Cómo podía haber dudado de él? Quería correr tras él y pedirle perdón por haber desconfiado, pero lo único que podía hacer era quedarse en esa cama y esperar a recuperarse.
Pedro estaba tan dolido por lo ocurrido que no lograba concentrarse en su trabajo. Un cúmulo de sentimientos encontrados hacían que no pudiese dejar de pensar en Paula. Estaba preocupado por ella, gracias a dios la caída solo le había dejado un tobillo torcido, pero solo de pensar que algo peor podría haberle pasado hacía que el vello de todo el cuerpo se le erizase. Por otra parte te sentía destrozado. Nuca había sentido algo tan fuerte por nadie y la desconfianza de ella le dolía y mucho.
Horas después Pedro llegó a casa. La primero que hizo fue ir al cuarto de Paula para ver como estaba. Ella estaba tumbada en la cama con los ojos cerrados y no lo escuchó entrar. Él se sentó en un sillón que había junto a la cama y se quedó observándola.
Cuando abrió los ojos lo primero que vió fue a Pedro sentado frente a ella cruzado de brazos y con el semblante serio.
- Pedro yo…
- ¿Qué tal estás? ¿te duele mucho?
- Yo quería…
- Veo que estás mejor, volveré luego para traerte algo de comer - le interrumpió.
- ¡no espera! Déjame hablar.
Él se sentó a un lado de la cama y la escuchó con atención.
- Siento haber dudado de tí, pero solo pensar que podrías estar con otra me llenó de celos y de rabia.
Pedro le sujetó la cara con ambas manos y la besó tiernamente. Cuando se separaron él vió como caían unas lágrimas de los ojos de Paula y se las secó con delicadeza.
- Nunca, escúchame bien, nunca te atrevas a dudar de mi amor por ti - dijo tomándola de las manos - te quiero princesa, y nunca te voy a dejar de amar.
- Yo también te amo bebe.
Se fundieron en un tierno abrazo y permanecieron así varios minutos.
Y así pasó el mes entero. Ahora ambos eras los propietarios de la casa y vivían juntos demostrándose el amor que sentían hacia el otro. No se separaban ni un minuto, bueno, solo cuando tenían que trabajar, pero aún así intentaban escabullirse del trabajo para poder estar solos.
Marcela y Paula se hicieron muy buenas amigas, ya eran casi como hermanas y compartían todas sus confidencias. Iban juntas de compras, quedaban para tomar algo, se ayudaban cuando tenían un problema… En fin, que cuando Paula no estaba con Pedro estaba con su amiga Marcela.
Ya era la hora de comer y Paula estaba en el despacho de Pedro despidiéndose de él porque Marcela iba en su busca para que fuesen juntas a comer.
- ¡Hola tortolitos! - dio entrando en el despacho de Pedro.
- ¡Hola Marcela! - dijo Pedro - cuida de mi princesita en el tiempo que no esté con ella ¿ok?
- Descuida, no dejaré que se vaya con sus amantes - bromeó.
- ¿Amantes?
Paula y Marcela empezaron a reírse cuando vieron como Pedro fruncía el ceño.
- ¡es broma tonto! ¡yo solo tengo ojos para tí! - y lo besó en la mejilla.
Hermoso capítulos! que bueno que sus peleas no sean eternas y lo resuelvan rápido! se nota que se aman!
ResponderEliminarQué geniales los caps jajajaja, me encantaron
ResponderEliminaraaahiiii que lindo ... jajaja son terribles con MARCELA
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