A la mañana siguiente, cuando Paula despertó, buscó a Pedro en la cama, pero él llevaba tiempo despierto y estaba haciendo tiempo porque aún era pronto para ir a trabajar.
Se desperezó, se levantó de la cama y en cuanto se hubo vestido bajó a desayunar. Cuando llegó a la cocina, el desayuno estaba preparado y sobre la mesa. Se sentó a la mesa y vió que había un sobre junto a la taza de café. Lo agarró y al ver que nombre estaba escrito en el lo abrió. Dentro había una hoja, la desplegó y comenzó a leer lo que parecía una carta.
Querida Paula:
Supongo que a estas alturas aún seguirás preguntándote porque sin conocerte de nada te he ayudado de esta manera tan "peculiar".
Hace muchos años tu abuela vino a trabajar a esta casa. Era una chica joven y llena de vitalidad que soñaba con triunfar en el mundo de la música, pero que por desgracia nunca vería su sueño cumplido debido a los escasos recursos económicos que su familia tenía.
A pesar de vernos todos los días, nunca habíamos hablado, pues a mi no se me permitía estar con la servidumbre, y mucho menos hablar con ella.
Nuestros mundos eran totalmente diferentes, pero a pesar de ello yo no era feliz. Me sentía solo y no encontraba ni un solo motivo por el cual luchar y seguir adelante.
Un día, decidí poner fin a todo sufrimiento. Fui al cuarto de mis padres y sin que nadie me viera tomé unas pastillas del botiquín, salí rápidamente de allí y me encerré en mi cuarto bajo llave.
Estaba a punto de cometer el mayor error de mi vida cuando oí a alguien cantar. Era la voz más maravillosa que jamás había escuchado. Me asomé por la ventana y ví a tu abuela en el jardín, sentada y descalza sobre la hierba cantando mientras ojeaba una revista.
Entonces comprendí que debía seguir viviendo aunque solo fuese por escuchar a aquella hermosa muchacha cantar.
Tiré las pastillas por el retrete y bajé rápidamente al jardín. Me acerqué a ella y sin decirle nada la abracé. Ella se quedó sorprendida. Cuando le conté lo que me había pasado ella se alegró de haber podido ayudar a alguien con su música, pues la canción que había cantado era escrita por ella.
Desde ese día nos hicimos grandes amigos. Nos contábamos todo y nos ayudábamos mutuamente.
Pasó el tiempo y tu abuela conoció a un hombre, se casó y dejó de trabajar aquí. No volví a saber de ella hasta hace un par de años, cuando ella se puso en contacto conmigo para pedirme ayuda. Me dijo que estaba muy enferma y que necesitaba que alguien cuidase de tí cuando ella no estuviese. Meses después me enteré de que había fallecido.
Le dije que estaba en deuda con ella por haberme salvado la vida, que no dudase ni un instante en decirme cuando necesitase de mí. Por eso hoy estás aquí, gracias a lo mucho que tu abuela luchó por tí.
Espero de todo corazón que seas feliz y que todos tus sueños se cumplan. Porque no hay nada más triste que dejar esta vida sin poder cumplir los sueños.
ATENTAMENTE
L. Alfonso.
P.D.: Solo nunca dejes de soñar.
Ayyyyyyyy, no paro de llorar de emoción con la carta.
ResponderEliminaraaahiiii que linda Carta .. mori de amor
ResponderEliminarAyyyy que.linda carta ... emoción!!
ResponderEliminarHermosos capítulos! y este, el de la carta más lindo aun! Ahora se entiende lo de la herencia!
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