Pasaron por la bahía de San Francisco y al legar a la zona portuaria, el doctor García disminuyó la velocidad y dirigió la camioneta hacia un estacionamiento.
- Pedro: está mas allá-, explicó al tiempo que señalaba. Paula alcanzó a ver el letrero de Ghirardelli por encima de los edificios que los rodeaban. Asintió con la cabeza y caminó junto al doctor García. Pasaron la lado de vendedores ambulantes, de mendigos, de galerías de arte y restaurantes elegantes.
El doctor García le rozó la espalda mientras subían por la serie de tres escalones hacia la fábrica de chocolates y entraban en la plaza: un lugar espacioso, con paisaje de agua, cristal, ladrillos rojos y platas verdes exhuberantes.
- Paula: ¡es un lugar hermoso, doctor García!, he vivido seis años aquí y nunca había venido.
- Pedro: yo tampoco había estado antes aquí, pero, ¿podría pedirle que me llamara Pedro? le aseguro que prefiero que no me llame doctor García (tenía una expresión de culpabilidad).
Paula asintió y siguieron hacia la tienda de chocolates. La mano del doctor García, Pedro, rozó la suya una o dos veces mientras caminaba a su lado. Él le cedió el paso en la cafetería.
- Pedro: ¿tiene que volver pronto al trabajo?-. le preguntó mientras miraba su reloj.
- Paula: no tengo prisa
Respondió y luego el contó todo acerca de como el señor Brinnon le había dado categoría de jornada completa y todos los beneficios que esto traía consigo. Cuando llegó a la parte del sueldo retroactivoel doctor García solo echó la cabeza para atrás y rió al mismo tiempo que le daba unos golpecitos en la espalda.
- Pedro: ¡Oh, Paula es fantástico!. - aseguró y parecía tan felíz como ella se sentía.
- Paula : el señor Brinnon me recomendó que me tomara el tiempo que hiciera falta. Ahora es muy amable conmigo, creo que incluso me tiene un poco de miedo.
El doctor García volvió a reír y Paula hizo lo mismo.La camarera los guió a una mesa cerca de la ventana.
- Pedro: ¿Quiere comer algo?
- Paula: solo café.
El doctor también tomó café y se sentaron frente a sus tazas mas de una hora, sin que nadie los paresurara. Una vez mas Paula notó que las palabras fluían desde sus labios hasta los oídos comprensivos del doctor. Sin ninguna sensación de verguenza le contó que le faltaba un año para graduarse cuando se enteró de que estaba embarazada. Le habló de Facundo y de la decepción que le había provocado a sus padres.
- Pedro: Parece estar convencida de que se merece lo que ocurre porque cree haber arruinado su vida. No estoy de acuerdo, usted ha hecho lo mejor que ha podido para ser una buena madre y una buena persona, para darle a Felipe un hogar felíz y por lo que he visto creo que esos esfuerzos han tenido éxito.
Paula Chaves sintió que se le nublaban los ojos y apartó la mirada, temerosa de romper en llanto.No recordaba la última vez que alguien la había elogiado, en especial con aquel tipo de elogio, profundo y genuino que parecía aprobar lo que ella era en realidad.
- Paula: gracias, respondió al fin.
- Pedro: de nada.
- Paula (aclarándose la garganta): despues de que Facundo y yo nos separamos, encontré un apartamento sobre el garaje de una pareja de ancianos en el cerrito y conseguí trabajo en un banco. El señor Conroy, Bill, era un policía jubilado y él y su esposa fueron como unos padres para mí.
- Pedro: entonces, ¿Por que se mudó a Oakland?
- Paula: Bill murió y Millie tuvo que vender la casa. Entonces conocí a Angela que era la agente inmobiliaria de Millie.
- Pedro: ¿sigue visitando a Millie?
- Paula: murió la primavera pasada.
El doctor García se inclinó sobre la mesa y cubrió la mano de Paula con la suya. Ella la sostuvo un minuto y despues, avergonzada, la retiró.
- Pedro: y entonces se mudó a Oakland.
Paula asintió y luego pasó al tema de Guillermo Semple
- Paula: hay un muchacho en mi ueblo que quiere casarse conmigo y a veces me asusta tanto la posibilidad de que Felipe pase toda su vida en Oakland, rodeado de humo y sin tener donde jugar, que pienso en llamarlo.
El doctor García la miró durante un minuto sin decir nada.
-Pedro: ¿le ama?-preguntó por fin.
-Paula: no respondió sin titubear- pero a veces me pregunto si eso en verdad importa.
-Pedro: ¿a que se refiere?
-Paula: quiero decir que hay mas cosas en la vida ademas del amor. Cosas buenas, como dar a nuestros hijos un padre y construir algo en lugar de simplemente ir pasando.A veces creo que valdría la pena casarse con alguien solo para pasarle los problemas.
- Pedro: yo soy muy fuerte, ¿por que no me los pasa a mí?
Ella sonrió.
-Paula: suena un poco tonto, pero lo que mas me molesta son las cosas simples.
-Pedro: póngame un ejemplo.
Ella se avergonzó, pero por fin soltó lo primero que le vino a la cabeza.
-Paula: no sé si debo permitir que Felipe se ponga su capa de superman todo el tiempo. Quiero decir, nada mas se la quita para bañarse. Se la hice para jugar y creí que estaba bien, pero Angela me asegura que eso significa que Felipe está creando un mundo de fantasías para tratar de escapar de su vida presente asumiendo otra personalidad.
El doctor García soltó una carcajada y movió la cabeza de un lado a otro.
- Pedro: pues, ¡claro que está creando un mundo de fantasías! en eso consiste ser niño.¿quien es esta amiga suya? ¿con que autoridad la mortifica con esos comentarios?
Ella pareció sorprendida.
-Paula: usted la conoce, fue a verlo el año pasado, Angela Vazquez.
El doctor García también se mostró sorprendido.
-Pedro: cierto, rectificó; guardó silencio por un minuto, mientras movía su café. Luego la miró a los ojos otra vez.
Ella dejó escapar el aliento contenido y en seguida volvió a relajarse en su silla.
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