lunes, 25 de mayo de 2015

Delicioso Amor: Capítulo 14

Pedro la siguió hasta las escaleras, pero la detuvo antes de que ella comenzará a subirlas.
- Espera, tenemos que hablar.
- No. Te equivocas, tú y yo no tenemos nada de que hablar.
- ¡Pau espera!
- ¿Pau? ¡ja! ¿Quién te a dado permiso para llamarme así? - le preguntó cruzando los brazos.
- Perdón - se disculpó - Paula tenemos cosas de que hablar y cuanto antes mejor.
- ¡Yo no tengo nada que hablar con usted!
- No me hables de usted. Odio que hagan eso.
- Como quieras… es tarde y estoy cansada, me voy a mi cuarto.
Pero no estaba dispuesto a ceder. La sujetó del brazo he hizo que ella se volviera y la mirara a los ojos.
- Vamos a la biblioteca, allí estaremos más cómodos.
No tuvo tiempo a reaccionar. Él la cogió del brazo y la llevo casi a rastras hasta la biblioteca.
- Siéntate en uno de los sillones. ¿quieres tomar algo?
- ¡NO! Ni quiero sentarme ni voy a tomar nada.
- Tú misma - fue al mueble-bar y se sirvió otra copa.
- ¿Qué es eso tan importante de lo que tenemos que hablar?
Él dio un trago a su copa y se acercó a ella.
- Vas a tener que dejar tu trabajito ese del restaurante.
- ¿Cómo? ¡ni hablar!
- No te estoy dando a elegir. Simplemente te digo lo que vas a hacer.
- ¿Y desde cuando me das órdenes?
- Tienes que hacerte cargo de tus responsabilidades.
- ¿Qué responsabilidades? ¡Yo no tengo ninguna responsabilidad contigo!
- Conmigo no. Pero si con la empresa - se sentó en un sillón.
- Yo no se nada sobre empresas - empezó a pasear por la biblioteca mirando los libros de las baldas y cogió uno.
- Pero yo si. Tú me tienes que ayudar a dirigirla.
- ¿Yo? Jajaja. - rió forzosamente - ¡que buen chiste!
- Esto es serio Paula. Entre los dos tenemos que dirigir la empresa.
- Yo también hablo en serio. No pienso hacer nada de eso… simplemente porque no tengo ni idea.
- ¡quieras o no vas a hacerlo!
Paula dejó el libro sobre la balda con intención de responderle cuando sonó su móvil.
- ¿Diga?
- Pau ¿cómo estás? Se que es un poco tarde pero… - dijo Carlos desde el otro lado del teléfono.
- Tranquilo, todavía estaba despierta. No te preocupes que estoy bien. Enseguida voy a dormir.
- ¿Qué tal con el buitre?
- Con el… ¡ah! jajaja. Bien, bien. De momento no ha atacado, jajaja - bromeó.
- ok. Me alegra saber que estás bien.
- Gracias por llamar, ¡eres un sol! Te quiero.
- Yo también. Hasta mañana.
Pedro la había estado observando durante su conversación telefónica. Ella estaba hablando con Carlos, su novio. Estaba muerto de celos. Ni siquiera conocía al tipo ese y ya lo odiaba. Lo odiaba por haber conocido a Paula  antes que él, por poder estar cerca de ella, besarla, abrazarla… y quien sabe que más cosas.
Paula  colgó y guardó el móvil en el bolsillo. Se volvió y vió a Pedro observándola detenidamente. ¿Qué estaría pensando de ella? ¿Por qué la miraba de esa manera?
- Será mejor que vayas a acostarte. Mañana tienes que madrugar.
- Si… eso haré - se dirigió hacia la puerta.
- Que duermas bien.
Entonces se volvió a mirarlo.
- Gracias. Tú también - le sonrió, abrió la puerta y salió de allí.

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