Carlos abrió la puerta y la vió como nunca antes la había visto. Paula estaba pálida, mirando al suelo y abrazándose. Él se acercó a ella y la agarró de la barbilla para mirarla a los ojos. Tenía la mirada perdida y los ojos empañados por las lágrimas que de un momento a otro iban a salir. Sin decir nada la recostó sobre su pecho y la abrazó fuertemente.
Minutos después se encontraban los dos en la cocina tomando café.
- ¿Estas mejor? - le dijo apoyando una mano en su hombre.
- Creo que si.
- ¿Ahora puedes contarme lo que ha pasado? - le preguntó temiendo recibir un no por respuesta.
- ¡Son como buitres peleándose por carroña! Gente insensible que lo único a lo que aspira en la vida es a mantener sus bolsillos llenos sin importarle quien esté a su alrededor - dijo ella mirando su taza de café.
- Ten han tratado mal ¿cierto?
- ¿Mal? ¡en mi vida me han hablado así!
- ¿Qué es lo que te han dicho?
- Me han humillado de la peor forma, ¡por mi como si se quedan con todo! ¡con tal de no volver a verlos prefiero incluso estar muerta!
- Puede que suene egoísta, pero por desgracia no puedes permitirte ese lujo - le dijo refiriéndose al dinero y tratando de calmarla.
- ¿Crees que no lo se? Eso es lo que más coraje me da… ¡que necesito el dinero! - tomó aire - una pobretona como yo se agarra a un clavo ardiendo si hace falta con tal de conseguir dinero para salir adelante.
- Pau, puede que no seas rica, pero tampoco eres ninguna pobretona - le corrigió - nunca te ha faltado nada.
- Lo sé. Pero tampoco me ha sobrado. - hizo una pausa - Quizá él tenga razón y deba rechazar la herencia.
- ¿Quién es el?
- El buitre menor. Es con quien tengo que convivir en la casa esa.
- ¿Y está buena? - preguntó Marcos tras escuchar lo que su amigo les había contado a el y a Marcela.
- ¡¡Marcos!! - Marcela le dio un golpe.
- ¿Qué? Digo si esta buena pues el mesecito se va a hacer más ameno. - encogiéndose de hombros.
- Si… si lo esta ¡pero esa no es la cuestión!
- Yo entiendo tu postura, pero creo que primero deberías averiguar de quien se trata, sus motivos tendría tu abuelo para hacer algo asi ¿no? - le aconsejó ella.
- Claro, además… ¿Qué daño puede hacerte compartir un mes una casa tan grande? No tienes ni porque verlo. Cada uno que esté en un lado de la casa y ya está. - dijo Marcos.
- Creo que tienes razón. Hablaré con ella y averiguaré sus intenciones. Respecto a lo de la casa… ella puede vivir en una mitad y yo el la otra.
- ¿Buitre menor? Jajaja, por lo menos no has perdido el sentido del humor - se alegró Carlos.
- Quizá tengas razón y deba vivir allí, pero tener que convivir con el buitre es lo que no me hace gracia.
- Si tan ricos son como dices, la casa será grande y podrán estar cada uno por su lado - de dijo él.
- Lo que no logro entender es porque ese señor me ayudó. Ni siquiera se quien es y ahora gracias a él podré pagarme mis gastos sin andar mirando está el último céntimo.
- ¿y eso que importa? Pau… la vida te da una oportunidad y no la debes desaprovechar. Sólo por que tú te lo mereces y punto.
- Tienes razón, en vez de quejarme debería alegrarme. Pero…
- ¿crees que no te lo mereces? ¿es eso?
- Creo que si… no se… ¡estoy confundida!
- ¡si es que eres un trozo de pan! - la abrazó fuertemente y le besó en la mejilla - otra en tu lugar ya tendría el dinero en sus manos.
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