"Me ha parecido oír un ruido" pensó Marcela mientras caminaba por el pasillo "Creo que viene de esa habitación" se dijo señalando el cuarto de Paula.
De repente la puerta de su cuarto se abrió y apareció una chica rubia vestida muy elegante.
- ¡Ups! Perdón, pensaba que este era el cuarto de baño - dijo haciéndose la despistada.
- El baño está dos puertas más allá, pero si quieres puedes pasar al mio.
- ¡Oh! Gracias muy amable - dijo entrando dentro y cerrando la puerta.
Paula no contestó, siguió mirando su ropa.
- Perdona mi atrevimiento pero… ¿nos conocemos?
Paula se volvió.
- Creo que nos vimos en el restaurante, yo era la camarera.
- ¿Tú? Con razón me sonaba tu cara.
- Yo soy Paula - dijo tendiéndole la mano - pero puedes llamarme Pau.
Marcela en vez de eso le dio dos besos.
- Yo soy Marcela, mucho gusto.
Paula se quedó mirándola.
- Igual suena raro… ¿me podrías ayudar a elegir algo? - dijo señalando su ropa.
- ¡Obvio! Veamos que tienes…
Se acercó al armario y tras ojear la ropa dijo:
- Querida… tenemos un gran problema
Paula la miró extrañada
- ¿Cuál?
- ¡No veo nada decente entre esta ropa!
- ¿Y entonces que me pongo para bajar a cenar?
Marcela empezó a entender todo.
- ¡claro! Tú eres la persona con quien va a cenar Pedro ¡como no me he dado cuenta antes!
- ¿Es que no os ha dicho que vivo aquí?
- ¿Cómo? ¿tú vives aquí?
- Si, desde hace unos días.
- Entonces tú eres la chica que iba a venir a vivir aquí.
- Si, esa misma.
- Pero… hay una cosa que no entiendo… ¿Por qué me ha dicho que estás enferma? Yo te veo bien de salud.
- ¿Enferma?
- Será que le entendí mal… En fin… vamos a lo nuestro.
Marcela cogió una falda larga y comenzó a cortarla con unas tijeras, luego cogió una camiseta, le cortó las mangas y le hizo un gran escote.
- ¡Ey! ¿Por qué le haces eso a mi ropa? - protestó Paula - a mi me gusta como esta.
- A mi también, créeme, pero necesitaba unos arreglitos.
- ¿Arreglitos? ¡mira lo que le has hecho a mi falda! ¡Un poco más y me dejas sin tela!
- Vas a cenar en una cocina ¡no en el comedor de un convento!
- Por eso mismo, no pienso ponérmela.
- Querida… ¿quieres impresionar a Pepe o no?
Paula se sonrojó.
- Mira… si Pedro esta dispuesto a cocinar es porque algo importante quiere conseguir, créeme que después de todo lo que le pasó… - se quedó callada, había hablado más de la cuenta.
- ¿Qué le paso? - preguntó Paula.
- Será mejor que se lo preguntes a él. Ahora me tengo que ir. Espero verte pronto, bye.
Se despidió y salió de la habitación dejando a Paula intrigada.
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