viernes, 3 de abril de 2015

El Simulador: Capítulo 23

Paula y Felipe desayunaron en casa de la señora Weaver bollos con salsa de carne, huevos revueltos y sémola, igual que los desayunos que acostumbraban a comer en casa. La señora Weaver le llevó un plato que tenía una vela en un bollo y Paula la apagó, se concentró y pidió un deseo.
- ¡Feliz cumpleaños! -. Exclamaron la voz vacilante de la señora Weaver y la aguda de Felipe. El niño le había hecho en la guardería un florero de barro que había secado al aire y la señora Weaver le entregó una pequeña caja atada con una cinta de seda. Contenía un relicario de oro y una cadena, era hermoso y antiguo, con el grabado un poco desgastado.
- Paula: ¡oh! Es adorable -. Susurró conmovida y se lo puso en ese mismo momento.
- Señora Weaver: perteneció a mi madre, no tengo una hija, así que quiero que tú lo tengas.
De vuelta a su apartamento, Paula lo tomó entre los dedos mientras miraba por la ventana; Felipe  veía dibujos animados. El teléfono sonó y ella se sobresaltó. Esperaba que no fuera Angela. Le había dejado algunos mensajes desde que discutieron, pero Paula aún no había respondido. No hizo el menor intento por tomar el teléfono de inmediato y fue su hijo quien descolgó.
- Felipe: mamá, es la abuela-. Llamó después de unos minutos.
Paula  sintió que el estómago se le hundía un poco más a cada paso que daba rumbo al teléfono. Aunque de manera impulsiva había compartido su felicidad con sus padres a través de una carta, su madre era la última persona con la que quería hablar en aquel momento. Ella tenía la extraña habilidad de hacer que un arroyo de pesimismo se convirtiera en un río caudaloso.
- Paula: hola mamá.
- Alejandra: ¡Vaya, al fin!-. La voz brusca de su madre llenó la habitación y ella se dio cuenta con cierta sorpresa que hacía lo mismo que Angela-. Ya iba a colgar. Bueno, feliz cumpleaños, querida.
- Paula: gracias -. Deslizó la palabra en la breve pausa que hizo su madre antes de continuar.
- Alejandra: pensé que lo mejor sería ver cómo estabas. Acabo de recibir tu carta y estoy algo preocupada.
- Paula: ¿por qué?-. En verdad se sorprendió, intentó recordar lo que había escrito, pero sólo evocaba una nota cálida e informal en la que describía a Pedro y a su familia.
- Alejandra: lo comenté con tu hermana y también piensa que ese doctor no parece que sea honesto. Delfina y yo estamos muy preocupadas porque este doctor puede estar aprovechándose de tí. Hubo un especial el otro día acerca de estos doctores, psiquiatras y demás que usan a las jóvenes incautas para satisfacer sus propias necesidades.
Paula ya no quería seguir oyendo a su madre hablar de los doctores.
- Paula: de verdad, mamá, él no es así -. Aseguró-. Es un hombre muy amable -.
Aquella frase ni siquiera alcanzaba a describirlo. Casi podía verlo de pie frente a ella, con las manos en los bolsillos, su pelo castaño y esos ojos tan cálidos y dulces. Se perdió en su ensueño por un momento.
- Alejandra: bueno creemos que tal vez te estén engañando. Otra vez.
Paula sintió que se sonrojaba, cada vez que hablaban, su madre nunca perdía la oportunidad de referirse a su embarazo.
Alejandra: de hecho Pau, hablé con Guillermo Semple hoy. A él todavía le importas. A pesar de todo.
- Paula: ¡madre! ¡no puedo creer que hagas esto! -. Sintió que la furia le brotaba del pecho y se reflejaba en la voz-. No amo a Guillermo Semple.
- Alejandra: bueno, ¿y qué sientes por ese doctor? -. Exigió saber su madre-. ¿Le amas?
- Paula: ¡no lo sé! -. Replicó tajante -. Tal vez. No lo sé.
Pero sí lo sabía. Mientras sostenía el teléfono cerca del oído y discutía a través de casi cinco mil kilómetros de fibra óptica, lo sabía.

3 comentarios:

  1. SIIIIIIIIIII , espero q pronto Pedro se anime y le diga a verdad

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  2. Muy buenos capítulos! Cada vez falta menos para que la verdad salte por los aires! Y más con carolina detrás del García equivocado!

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  3. Hermosos los 3 caps Naty. Qué metiche la madre, que la deje en paz a Pau.

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