lunes, 25 de mayo de 2015

Delicioso Amor: Capítulo 12

Por más que trataba en concentrarse le era imposible. Pasaba las hojas una tras otra y las palabras leídas no tenían sentido. Cerró el libro y lo dejó en su lugar correspondiente de la balda.
Paula salió de la bañera, se secó y se puso el albornoz que colgaba de la percha de la puerta. Como aún era pronto, abrió la maleta y comenzó a colocar su ropa en el armario y en la cómoda.
Cerró la maleta y la guardó en el armario. Dio un repaso a todo lo que había dentro. Su ropa estaba ya guardada. Cerró las puertas del armario y se acercó a la ventana, desde allí se veía la piscina. El estómago comenzó a rugirle. Tenía mucha hambre, aún no había cenado. Se apartó de la ventana y se encaminó hacia la puerta. Recorrió el largo pasillo y llegó a las escaleras, las bajó con cuidado de no hacer ruido para que nadie pudiera oírle.
Cuando llegó abajo se detuvo un instante. No tenía ni idea de donde estaba la cocina. Tendría que ir puerta por puerta hasta encontrarla.
- ¿Qué haces?
Paula  dió un brinco del susto. Se volvió a mirarlo. Estaba tan cerca suyo que se le aceleró la respiración y el corazón comenzó a latirle muy rápido.
- Yo… - las palabras parecían negarse a salir.
- ¿Buscas la cocina no?
Ella asintió.
- Sígueme
Ella sin decir nada lo siguió.
Cuando entraron dentro él se fue a la nevera y ella se quedó junto a la puerta.
- Adela ya no está, pero si quieres te puedo preparar algo ¿Qué te apetece? - abrió la nevera para ver que había.
- ¿Tú sabes cocinar? - preguntó sorprendida.
- Si. No soy un gran chef… pero me las apaño - contestó sin dejar de mirar la comida - ¿entonces…?
- Entonces ¿Qué?.
- Si has elegido que vas a cenar.
- Cualquier cosa. No me importa.
- ¿Una pizza? ¿te gusta?.
- ¡SI! - exclamó - Carlos y yo cenamos eso todos los viernes, es nuestra comida favorita.
Sin saber porque él se puso celoso. No sabía quien era ese tal Carlos, pero pensar que podría ser su novio lo lleno re rabia.
- Tendrá que ser otro día. Se han terminado las masas ¿quieres un sandwich?.
- mintió - ¿o también es la comida favorita de Carlos? - pensó.
- Perfecto.- se sentó en una silla y esperó a que “el chef” le sirviese la comida.
Pedro se estaba esforzando mucho. Quería causar buena impresión, ya que desde que se conocían no la había tratado demasiado bien y se había mostrado bastante grosero con ella.
Paula no paraba de mirar como el hombre que estaba de espaldas frente a ella se movía por la cocina buscando ingredientes. Era alto. Su pelo era claro. Tenía una gran y ancha espalda, brazos fuertes y musculosos. Pero lo que más le llamaba la atención de él era su trasero. ¡Dios  ese trasero la estaba volviendo loca!

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