jueves, 23 de marzo de 2017

Protegerte: Capítulo 29

—No —dijo su madre, sobresaltada.

Horacio  se quedó silencioso y serio.

—Es una coincidencia que el mismo día, Alberto Malone viniese a verme por lo del sonajero. Pensé que la imagen de un hombre casado ayudaría en caso de que las sospechas se hiciesen públicas. Pensamos que unidos seríamos más fuertes en ambos casos.

—De acuerdo —dijo ella.

Entró en la habitación de los niños y Benja se sentó en la cama.

—¡Señor Alf! ¡Has venido!

—Perdonenme, chicos, que no viniese antes —dijo, besando a las niñas. Se sentó en la cama de Benja—, pero ha sido un día terrible —y probablemente se pondría peor, pensó.

—¿Necesitas un abrazo? —preguntó el niño, tendiéndole los brazos—. Mami me da uno cuando me siento mal.

—De acuerdo —dijo Pedro, tomándolo en sus brazos.

—¿Estás mejor? —preguntó Benja.

—Mucho mejor, gracias —dijo, con la garganta agarrotada—. Ahora, a dormir todo el mundo. Buenas noches.

—Buenas noches —le respondieron al unísono.

Dejó la puerta entreabierta y se unió a Paula en el saloncito.

—Perdona que llegue tarde. Ha sido un día terrible.

—No me digas —respondió ella desde el otro extremo con los brazos cruzados.

—Mamá me ha dicho que ha llegado una carta por mensajero de los abogados. ¿Qué pasa?

—Que han adelantado la audiencia. Es el viernes antes de Halloween.

—¡Demonios! —exclamó, pasándose la mano por el cabello—. No podrían haber buscado peor momento.

—En eso sí que tienes razón.

Su tono le indicó que había muchas otras cosas en las que no tenía razón. Luego vió el periódico sobre la mesilla.

—Ya te has enterado y estás molesta.

 —¿Por qué iba a estarlo? Tú no me dijiste que te habías hecho la prueba del ADN.

—Sé que parece lo que no es.

—¿Porque encontraron tu sonajero con los mellizos? ¿Porque tú donaste un montón de dinero a la guardería cuando los abandonaron allí? Eso son solo coincidencias.

—Es cierto —dijo, pero no se sintió mejor por ello.

—Según dice el periódico, el sheriff te interrogó hace varias semanas, lo que quiere decir que sabías todo esto antes de proponerme matrimonio.

—Sí, pero ese no fue el motivo por el que… Mira, Pau, mi reputación se ha dañado. El sheriff Malone me prometió mantener la investigación en secreto para evitar justamente esto.

—¿Qué quieres decir con «justamente esto»?

—Un escándalo personal, verdadero o no, afecta a la empresa. Mañana las acciones de Alfonso  estarán por los suelos. Los inversores perderán dinero. Muchos de ellos cuentan con ese dinero para mandar a sus hijos a la universidad, o es su pensión —dijo, y un músculo de la mejilla se le contrajo—. Estaba tan seguro de que esto se aclararía que ni se lo había dicho a mis padres. Además, pensaba que cuantos menos lo supiesen, más posibilidades tendría de tener los resultados de la prueba del ADN antes de que el tema se hiciera público.

—¿Y qué pasa con la prueba del ADN? —preguntó ella, tensa.

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