sábado, 22 de agosto de 2015

Venganza y Placer: Capítulo 28

Paula sintió nauseas. La enfermera no tenía que saber que no se llamaba Verónica, que no era ella por quien Pedro preguntaba. Retiró la mano como si le quemara al tiempo que Pedro intentaba incorporarse y quitarse el gota a gota. Paula dió un paso atrás, llevándose una mano a la boca cuando la máquina que lo monitorizaba empezó a emitir un agudo pitido. El rostro de Pedro se contorsionó en una mueca de dolor. Sus labios pronunciaban la misma palabra una y otra vez:
-Verónica.

Por el pasillo se escuchaban pisadas acercarse. Dos enfermeras entraron y una fue hacia él, tranquilizándolo, comprobando las conexiones, apretando botones. Paula, en el umbral de la puerta se sintió una impostora. Debía marcharse. Ya. Pero…
-¿Paula? ¡Cariño, por fin te encuentro!
Por un instante creyó estar alucinando, pero se encontró aprisionada en un abrazo. Valentina.
-¡Cariño, menos mal! Gonzalo esta al borde de la histeria. He venido en cuanto supimos lo de Felipe. Ha debido ser horrible.
Cuando Valentina  la sacó suavemente de la habitación, el dique que contenía el llanto de Paula se rompió. Valentina la abrazó y consoló, hasta que Paula sintió los ojos hinchados y doloridos y la chaqueta de Valentina estuvo empapada.
-Oh, Valen – dijo con la voz rota – ha sido espantoso. ¡Cuánto me alegro de que hayas venido!
-Y yo de estar aquí. Vamos al hotel. Necesitas descansar.
Paula se mordió los labios para contener el llanto y asintió.
-¿Qué hora es? Valentina sonrió.
 -Las ocho y media.
-¡He dormido todo el día! – dijo Paula, frotándose los ojos.
-Y toda la noche. Lo necesitabas.
 Valentina cruzó el dormitorio del hotel y abrió las cortinas para dejar entrar el sol.
-Son las ocho del domingo.
Paula se incorporó al tiempo que se retiraba el cabello de la cara. En cuanto la realidad se hizo un hueco en su consciencia, sintió el mismo dolor que el día anterior.
-¿Cómo esta Pedro?
 -Está bien. Gonzalo ha llamado hace una hora, después de hablar con el hospital. Pedro evoluciona muy bien. No debes preocuparte.
Paula se dejó caer sobra las almohadas y desvió la mirada.
 -Estoy bien.
 -Yo no estoy tan segura – dijo Valen con dulzura – has pasado por una experiencia muy dolorosa. Sería mejor que hablaras de ello.
-No tengo nada que decir. He vuelto a equivocarme – miró a Valentina con los ojos humedecidos – Me he enamorado de alguien que me estaba utilizando. Aunque esta vez es aun peor, porque él esta enamorado de una tal Verónica. Valentina sacudió la cabeza con expresión de incredulidad.
 -Cariño, me refería a lo que sucedió con Felipe; al disparo – hizo una pausa – voy a hacer café, y quiero que me cuentes todo desde el principio.
Paula, rodeando la taza con sus manos, comenzó con la primera noche en Londres, cuando Pedro  la había devuelto a la vida. Continuó en Francia, donde Pedro, al calor del fuego la había estrechado entre sus brazos mientras ella desnudaba su alma ante él. Valentina la escuchó sin interrumpir.
-Ha sido tan súbito e intenso – musitó Paula al tiempo que Valentina le quitaba la taza vacía  y la dejaba sobre la mesilla – y al mismo tiempo tan… perfecto, que creía que era verdad – esbozó una sonrisa llena de tristeza. Ahora se que solo fingía, todo parece ridículo. Me sedujo para vengarse de mi familia. Valentina sacudió la cabeza con decisión.
-De ser así, lo habrías intuido. Los ojos de Paula, eran dos pozos de desesperación. _ ¿Por qué? Con Facundo, no fui capaz de verlo. Y en La Manoir, Pedro lo dijo. Por primera vez. Valentina pareció impacientarse.
-¡Dale una oportunidad, Paula! No puedes juzgarlos por lo que dijera mientras se enfrentaba a un psicópata armado.
Paula apretó las rodillas contra el pecho y apoyó la cabeza entre ellas.

2 comentarios:

  1. Excelentes los 4 caps Naty. Quién es Verónica??? Qué bolonqui jajajaja

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  2. Muy buenos capítulos!!! pero quién es esa Verónica????

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