jueves, 16 de julio de 2015

Para Toda La Vida: Epílogo

-¿Algo nuevo? - Preguntó Mónica.
-Sí. - Dijo Isabella, convencida.
-¿Algo viejo?
-Tambien.
-¿Algo prestado?
-Ya.
-¿Algo azul?
-Tambien.
Asi que estaba todo, yo estaba tan nerviosa por todo esto que ni siquiera tenia capacidad para hablar.
Sentí un millón de mariposas revolteando libremente en mi estomago. Lo que mas temia era que mis nervios destruyeran el trabajo que habían hecho las chicas en mi.
El vestido era perfecto, soñado, al igual que cada detalle que adornaba hoy mi cuerpo. El jardín de la casa de mi abuela había sido el lugar escogido para la ceremonia y todo Seabrook estaba aca para presenciarlo.
Llegó el momento de salir.
La música resonaba en el lugar. Todos estaban expectantes, deseando que el momento llegara mientras que yo solo deseaba que pasara todo esto. Temía caerme y hacer el ridículo. Temía que se me rompiera un tacon o que por arte de magia se me cayera el vestido, que un enjambre de abejas asesinas me persiguiera por el olor del ramillete de flores que sujetaba tan fuertemente entre mis manos o que sencillamente se me olvidara decir, “acepto”.
La marcha nupcial comenzó a sonar desde el piano que tocaba Federico con una sonrisa encantadora.
Mi familia estaba en ese momento tan mágico. Seguía nerviosa, si, pero el brazo de mi padre me sujetaba fuertemente, dando apoyo y un poco de tranquilidad. Caminamos al ritmo de la música, respire profundo y lo vi ahí, bajo un arco de flores.
Estaba perfecto. Mas que nunca, y era mío.
Pedro  me sonrió y antes de que comenzara la ceremonia dándome confianza, en eso momentos todos mis nervios se esfumaron por cumpleto y una ola de sentimientos me sobrecogió.
El padre dijo unas hermosas palabras que para ser sincera ni siquiera escuche. Estaba totalmente encantada con la visión de Pedro frente a mi.
Cuando dijo, “sí, acepto” sentí un millón de lagrimas recorrer mis mejillas, y cuando yo lo repetí, con apenas un hilo de voz, Pedro sonrió de una manera que me cortó la respiración.
Tenía los ojos tan llenos de lagrimas que dificilmente podía ver.
”Puede besar a la novia.” Solo eso bastó para que en la fracción de un segundo yo terminara en los brazos de mi ahora esposo.
Con el que estaria una vida entera.
Me separé solo unos instantes para recibir los abrazos de mi familia y amigos para volver a los suyos y bailar nuestro primera canción como el “Sr y la Sra. Alfonso.” Un título que me acompañaría por el resto de mi vida.
-Te amo siempre. - Me susurró haciéndome delirar.
-Para siempre. - Afirmé yo.
Y me besó con la misma pasión que la primera vez.

***

Maria corrió a los brazos de Max tomandolo totalmente desprevenido cuando él llegó a la casa a hacer una tarea del instituto. Lo besó de tal manera que no quedó duda alguna de lo que sentía por él. Un nuevo amor, un nuevo comienzo, un nuevo camino que recorrer.
El viento hizo que se pasara la ultima página del diario de Paula, que descansaba en la mesa del comedor, el fiel testigo de la pasión inexplicable que compartió con Pedro. Paula sonrió al leer lo último que habia escrito en él, y recordó claramente la dulzura de aquel momento.
Subió las escaleras para encontrarse con el amor de su vida.
Pedro, un tanto mas viejo, pero con la mirada igual de intensa clavada en su esposa, se levantó de su silla y se acercó a Paula para besarla con verdadero sentimiento, justo como lo habia hecho un millon de veces en una vida entera.


FIN

2 comentarios:

  1. Hermoso final!!! que linda historia! Me encanta leer el amor intacto que mantuvieron en todos esos años! Gracias por compartirla Naty!

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  2. Hermosa historia de Amor ❤ gracias Naty

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