jueves, 9 de julio de 2015

Para Toda La Vida: Capítulo 15

Con besos rápidos me quito la mezcla de la cara, mientras yo moría de la risa y hacía lo mismo con el.
-Te amo.
Esa frase me dejó helada. No fue como los "te quiero de siempre."
-Te amo Paula Chaves. - Dijo antes de capturar mis labios de nuevo.
Le devolví el beso como nunca lo había hecho. Cuando tuve que separarme de el por oxigeno, le susurre…
-Yo también te amo Pedro Alfonso. Estoy loca por tí.
Él sonrió de una manera que casi me hace caerme del mesón.
Esta vez me dió besos cortos… 1,2,3 en los labios, en la nariz, en la frente…
Junto nuestras frentes y me prometió que siempre sería así.
Uno de los momentos más hermosos que compartí con el ese verano.
Pedro era perfecto, el hombre que siempre soñé para mi. Mi verdadero príncipe azul.
Escuché como alguien cerraba la alacena y volteé con miedo.
La abuela se iba con un vaso en de jugo en la mano y una sonrisa mientras negaba con la cabeza.
La primera en felicitarme fue Mónica. Saltó encima de mi muy temprano en la mañana. Aun no sabía que habían planeado hacer para mi cumpleaños, pero tampoco importaba mucho. Este año me parecía un día cualquiera.
Me raptaron a eso de las 10 a.m. mientras leía un libro que me había regalado mamá en navidad.
Las chicas me llevaron casi arrastrada hasta la camioneta del Sr Alfonso, donde me esperaban los chicos.
Todos me felicitaron, excepto Pedro. Cosa que no comprendí.
Después de 30 minutos llegamos al lugar que habían elegido para este "día especial" y me quedé sin palabras, sin respiración y sin movimientos.
Nunca había visto algo tan hermoso. A pesar de quedar lejos (A los 30 minutos de viaje, sumenles una caminata de 10 minutos llena de rocas, arboles, y musgo por lo montaña).
El río se expandía a lo largo de la montaña. Una pequeña cascada se veía a unos metros de nuestra posición. El lugar era solo nuestro, y daba la impresión de que pronto vería venados corriendo por las montañas o un duende entre los arboles. Era simplemente increíble.
El agua era tan cristalina debido a los manantiales que se veían claramente. La arena y las pequeñas piedras en el fondo, escondite de los peces multicolores que vivían en ese lugar mágico.
La corriente se volvía algo fuerte en algunos puntos, pero donde estábamos era una piscina natural que te obligaba a quedarte ahí para siempre. Los chicos fueron a arreglar nuestro "campamento", mientras yo caminaba, intentando no resbalarme con una de las rocas.
Isabella y Mónica  ponían un mantel donde haríamos un picnic, mientras Lucas y Federico encendían una pequeña fogata, ya que creían seriamente que iban a pescar algo.
No ví a Pedro, y seguí explorando este lugar tan hermoso. Todo era natural, y te daba tanta tranquilidad que agradecí que me trajeran aquí hoy.
-Al fin solos.
Me asustó la voz de Pedro. Los chicos estaban algo lejos, así que no esperaba verlo, y mucho menos tan cerca a mis espaldas.
Tomó mi mano e intentó darme vuelta, pero no quise. Aun estaba algo molesta porque no me había felicitado.
Esta vez jaló mas fuerte y ademas de darme vuelta, hizo que chocara contra él.
Me miraba algo serio, pero en un intento de ocultar su sonrisa.
Que era tan divertido?
-Crees que lo olvidé?
-De que hablas?
Por supuesto no me respondió.
Teniendome tan cerca, y a su disposición hizo lo que quería.
Con el dedo indice a penas tocó mi barbilla y me hizo subir la cara para poder besarme. Esta vez lo hizo con calma, un beso totalmente dulce y sin ataduras. Tan simple como respirar, pero tan necesario como el aire.
Se separó de mí y cuando abrí los ojos quedé atontada. Como siempre, sus ojos café brillaban, mientras su sonrisa hacía su rostro aún mas perfecto.
-Felíz Cumpleaños.

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