Me encontraba entre unos brazos nuevos, y mis labios se movían en torno a unos nuevos. Pero aun así me sentía a gusto. Joaquín era un gran hombre. Papá había tenido razón, era un gran partido, así que cuando casualmente apareció en casa una noche para "hablar con papa", supe cual seria el desenlace, quiero decir, porque no? Era realmente apuesto, con una buena familia. Era abogado, de mi edad y su familia prácticamente trabajaba junto a papa. Ademas, había pasado tanto tiempo, que había llegado la hora de rehacer mi vida.
Mi familia lo amó instantáneamente. Esta noche, un mes después de haberlo conocido aquella mañana, Mónica, papa, mama y yo saldriamos junto a la familia de Joaquín para celebrar el aniversario de sus padres. También estaría Federico, el mejor amigo de Joaquín, y notable interés de mi hermana.
Todos, absolutamente todos, estábamos bailando en la pista. La orquesta de jazz hacia un gran trabajo animando a las personas. Habían mujeres dando vueltas en el aire, y muchísima alegría en el lugar. Joaquín me tomó de la mano y me llevó a la mesa para descansar un poco.
Tomo uno de los tragos que el mesonero nos trajo y me dio uno a mi.
Estaba sedienta después de bailar, así que tome dos tragos del whisky como si fuese agua.
-Se que ha pasado poco tiempo. - Dijo Joaquín - Pero ha sido el suficiente.
-De que hablas?
-Amor, esto es importante. Se que ha pasado un mes, pero estoy seguro de lo que siento por tí.
¿Joaquín? - Dije, sin saber que planeaba.
-Paula, te amo. - Sostuvo mi mano izquierda. - Y fuiste la primera en saberlo. Ya hable con tu padre y no puede estar mas feliz.
No tenia idea de que hablaba.
-Paula Chaves- Ahí lo supe. - me darías el honor de ser mi esposa?
Decir que quede estupefacta es quedarse corto. Estaba congelada, paralizada en la silla. Mi corazón saltaba descontroladamente. Joaquín saco el pequeño anillo de diamantes de la cajita de terciopelo y lo sostuvo justo al frente de mi dedo anular, esperando una respuesta para introducirlo o guardarlo de nuevo.
-Te casarias conmigo? - Repitió.
No se si pasaron minutos o solo segundos pero grité, SI! Con muchisima emoción, el puso el anillo en el lugar correcto y con sus dos manos atrajo mi cara para besarme. Mis manos estaban sobre las suyas, y cuando nos separamos, las deje allí.
Esto no podía estar pasando, era irreal.
Por supuesto todos estaban al tanto, por eso habían venido a bailar aqui esta noche. Por eso, el señor Howe, dueño de la gran mayoría de bancos en la región, sureña se subió al escenario y le dijo al publico sobre nuestro compromiso. Estallaron aplausos y Joaquín me abrazó frente al bullicio.
Esta seria la boda del año y yo era la protagonista.
Al llegar a casa aun estaba aturdida, habían pasado demasiadas cosas esta noche, y solo el hermoso anillo de oro blanco y cientos de diminutos diamantes que enmarcaban al diamante mas grande del centro, me ratificaba que no había estado soñando.
El teléfono sonó.
Mónica atendió, y enseguida llamó a mamá.
Fui a la sala a ver que pasaba. Mamá sonaba preocupada.
Cuando terminó la llamada nos hablo.
-Papá se cayó esta tarde, lo llevaron al hospital pero esta mejor. Le mandaron algunos medicamentos pero aun así le duele el brazo. Tuvo una fractura en la mano así que esta enyesado. Mamá dice que puede sola pero no estoy segura. Isabella vive cerca con Lucas pero ya va por su octavo mes de embarazo y no puede ayudar a mama en todo. No se si irme a Seabrook ya mismo o mañana por la mañana. - Dijo mama algo alterada por la noticia.
-Yo ire. - Dije sin apenas pensarlo.
-Hija, tu estas con lo de Joaquín.
-Mama, la boda no sera mañana, apenas acabo de comprometerme. Él entenderá. Mónica esta en la escuela, yo ya termine, y solo estoy comenzando con eso de la escritura. Tú tienes que cuidar de ellos. Ademas, solo estaré hasta que el abuelo se recupere.
Por supuesto Joaquín, mi encantador prometido, comprendió, así que por la mañana me subí a mi auto y conduje hasta mi destino.
Así que ahí estaba otra vez, en camino a Seabrook, después de tres años.
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