martes, 21 de febrero de 2017

Juegos Peligrosos: Capítulo 22

Otro toque de claxon avisó  que tenía una fila de coches detenidos esperando que se moviera.

-Tengo que irme, pero no puedo dejarlo aquí. ¿Quiere subir a mi coche?

-¿Le importaría que conduzca yo?

-Será lo mejor -repuso con alivio-. Las calles de Nápoles son tan...

-No sólo de Nápoles. El tráfico de las grandes ciudades de Italia es como para erizarle los cabellos a uno. No es italiana, ¿Verdad? -preguntó mientras intentaba abrirse paso entre los coches.

-¡Ha adivinado! Y usted tampoco. ¿Es inglés?

 -Digamos que en parte. ¿Cómo se llama?

-Paula Chaves.

 -Lucas Gonzalez.

 -¿Gonzalez? ¿Es pariente de Horacio Gonzalez?

Lucas guardó silencio un instante. Era el momento de cuidar las palabras. Al parecer, el estirado de su hermano estaba tramando algo. ¿Pero, qué? «Una pregunta de un millón de dólares», pensó, decidido a disfrutar de su pesquisa.

-Perdón -dijo, finalmente-. ¿Qué nombre me ha dicho?

-Horacio Gonzalez. Lo conocí en Inglaterra. Trabaja en la empresa Leonate. No me extrañaría que fuera un familiar suyo, porque dos ingleses con el mismo apellido en Nápoles...

Lucas pensó que tal vez se hubiera excedido en sus fantasías. En Inglaterra, a veces Pedro utilizaba el nombre de su padre para hacer negocios en el anonimato. Sí, seguro que no era nada más que eso.

-Puede que sea mi hermano -dijo, pensativo-. Ambos nacimos en Inglaterra. -¿Usted también trabaja para Leonate Europa?

-No, aunque mi actividad está relacionada con la misma línea de productos electrónicos. Acabo de venderles unos artículos y tuve que ir a la empresa a firmar algunos documentos. Horacio  y yo no nos vemos a menudo porque él viaja constantemente. Mire, hay una trattoria cerca de aquí. Necesito algún sustento después del susto que me ha dado. La invito.

-Vamos allá.

Cuando finalmente estuvieron instalados en una mesa con una pizza y un café, Lucas prosiguió:

-Nunca voy en coche a las oficinas de la empresa. El tráfico es tan denso que es más rápido ir a pie. ¿Y cómo fue que salía del edificio?

-Trabajo allí... Bueno, algo parecido. La verdad es que pertenezco a la empresa Curtis, que está en Inglaterra.

-Y Leonate Europa se ha interesado por usted, ¿No es así?

-Supongo que sí. He venido a aprender cómo funciona la compañía, a practicar el idioma y todo lo que haga falta.

-¿Fue idea de Horacio?

 -En gran parte fue idea mía. Aunque creo que lo forcé un poco.

-¿Usted forzó a un hombre como Horacio? No es tan sencillo.

Paula asintió.

 -Yo quería venir a Nápoles. Se presentó una oportunidad y logré convencerlo.

-¿Convencerlo? Me parece que no hablamos del mismo hombre. ¿Qué ocurre? - preguntó.

Paula miraba con curiosidad por encima del hombro de Lucas, de espaldas a la calle. Él volvió la cabeza y vio a su madre, que le hacía señas desde la puerta-. ¡Mamma! -exclamó mientras se acercaba a ella.

La madre lo abrazó con entusiasmo.

-He intentado llamarte, pero tenías el móvil apagado -le reprochó-. Y ahora preséntame a tu amiga.

-Mamma, ésta es la señorita Paula Chaves. Señorita Chaves, ésta es mi madre.

Paula miró a la recién llegada con admiración. Era una mujer entre cincuenta y sesenta años, de elegante figura y cutis muy bien cuidado. La dama le estrechó la mano con una sonrisa encantadora, aunque su aguda mirada era la de una madre con muchos hijos solteros. Y entonces su sonrisa se tornó más luminosa, seguramente complacida con lo que vió.

-Mamma, quédate a tomar un café con nosotros.

-No tengo tiempo. Debo regresar cuanto antes a terminar los preparativos para esta noche -explicó antes de volverse a Paula-. Tenemos una reunión familiar en la villa y tienes que ir.

-Gracias, pero si es una reunión familiar, me parece que no...

-Desde luego que sí. Lucas, quiero que la lleves esta noche -dijo mientras observaba la figura de la joven con admiración-. Habrá baile y estarás maravillosa con un traje largo en tono carmesí.

Lucas se tapó los ojos con las manos y Paula miró a la mujer, sorprendida.

 -Nunca he pensado que ese color me siente bien.

 -Claro que te va bien. Debes llevarlo esta noche -dijo sonriendo antes de besar a Lucas y marcharse apresuradamente.

 -Mamma es un poco arrolladora, pero tiene buenas intenciones.

-Sí, me acogió con mucha calidez.

Lucas suprimió de su mente el pensamiento de que en gran parte había sido porque Graciela se preparaba para atrapar a Paula en favor de su campaña para «captar futuras nueras». Así que se limitó a decir:

-Entonces, irá, ¿Verdad? ¿Aunque sea sólo por complacerla? Siempre se irrita si los hijos aparecemos por casa sin una novia. Nos acusa de frecuentar mujeres que un hombre cabal jamás llevaría a casa de su madre.

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