¿Cómo pudo hacerle eso? Sobre los hombros tenía varias manchitas rojas como ligeras quemaduras, pero eran las magulladuras las que llamaban la atención. Se le veían en los brazos, hombros y pechos y supo que tendría que ponerse algo que la tapara para ocultárselos a Flor. Sería vergonzoso que alguien se enterara de lo que Pedro le hizo. Se sentía víctima de una violación y ¿no fue eso lo que le hizo aunque era su marido?
Lo que más le dolía era que la utilizó. Si lo hubiera impulsado una profunda pasión amorosa lo hubiera perdonado, pero lo que causó su cruel comportamiento fue la ira y se sintió humillada.
Ella era suya y el pensar que se había entregada a otro hombre no lo podía perdonar. La poseyó para grabarla con su propia marca, como si fuera una res.
Cuanto antes arreglara el divorcio, mejor.
David la miró de arriba abajo con severidad cuando la recogió para llevarla a la audición.
—No puedes usar eso —dijo sin más ni más.
—¿Por qué no?
—Pablo querrá ver algo de tí —dijo con insolencia.
Paula se sonrojó. El suéter de cuello alto y los jeans que usaba le parecían muy apropiados y ocultaban lo que quería ocultar.
— Soy actriz, no cabaretera.
—No pongas cara agria, querida —dijo David moviendo la cabeza.
David miró el reloj.
—Y bien, tendrá que servir. Ya es tarde y Pablo no va a esperar.
En el coche ella se disculpó y él le agarró una mano y se la acarició.
—De acuerdo, cariño, olvídalo. Pablo puede pedirte que te desnudes en cualquier otro momento —y su burlona sonrisa le aseguró que ése sólo era un chiste, pero ella se preguntó si en realidad lo era.
Estaba nerviosa, hacía ya mucho tiempo que no actuaba y sabía bien que sólo obtuvo el papel por la intervención de David. Sabía cómo funcionaban las cosas. La verían para tenerlo contento y luego, se lo darían a otra persona con más talento y experiencia.
Pero cuando le presentaron al director, se la quedó mirando con los ojos entreabiertos y la hizo caminar alrededor del estudio mientras los otros hombres que estaban con él la observaban. Tenía que mantener alta la cabeza y sin embargo, evitar los cables que se arrastraban por todas partes y era difícil. Se sentía tensa y poco natural.
—¿Qué les parece? —gritó el director, aparentemente sin dirigirse a nadie.
Paula oyó el zumbido pero no veía a nadie, hasta que levantó la vista y descubrió gente en una ventana que daba a las oficinas. Luego, indefensa, buscó con los ojos a David, que la miraba acompañado de una de las chicas de piernas largas y rostro afilado que pululaban por allí. Él le guiñó un ojo.
Los hombres hablaban de Paula como si no estuviera presente y no le pidieron que hiciera nada de lo que ella consideraba que era actuar. Sólo estaban interesados en saber si su rostro era expresivo y si resultaría agradable en la pantalla.
-Está bien -dijo Pablo, como si hubiera tomado una decisión, aunque ella no se enteró de lo que hablaron-. Oigámosla entonces.
Ella miró a David. Él la agarró del brazo.
—¿Tienes listo el guión?
¿Qué debo hacer?
El miró a Pablo, quien desenredó un guión que sacó de un enorme bolso y se lo arrojó a David.
—Dios —dijo David mirándolo y luego sonrió—. Si está haciendo cosas culturales.
—Pablo leyó por encima del hombro y suspiró.
- Lo haré con ella — dijo David a Pablo.
Pablo arqueó una ceja.
—Si quieres...
Paula vió que los hombres intercambiaban miradas. La creían la última conquista de David, pensaban que la promovió porque quería complacerla. No esperaban nada de la prueba.
Pensó en Pedro, que la había utilizado tan cruelmente, en David y Flor tan seguros de saber mejor que nadie lo que ella debía hacer con su vida y sintió que no podía controlar la furia.
Repasaron las hojas que David eligió para actuar con ella y lo dejó dirigirla, que la impusiera su interpretación, pero cuando hicieron la escena frente a la cámara, dejó escapar las palabras de forma cortante, con voz aguda y clara y rostro tenso.
David la miró sorprendido. Así no era como tenía que actuar, pero se encogió de hombros.
Pablo observaba con la cabeza ladeada, tenía metido en la boca un puro apagado y se frotó la palma de la mano.
Cuando terminaron se les acercó y volvió la cabeza de Paula con una mano, como si fuera una muñeca de plástico.
—Hmmm —dijo pensativamente—. Pasen los dos a mi oficina.
En su diminuta oficina se sentó en la silla giratoria y puso los pies sobre el escritorio.
—Habíame de tu carrera, Pau.
David comenzó a hablar y Pablo chasqueó los dedos.
—Le dije a la chica.
Brevemente, Paula le contó los pocos detalles que podía ofrecer.
—¿Luego te casaste?
-Sí.
-¿El matrimonio fue un fracaso?
La brutalidad de la pregunta le hirió como una puñalada.
—Sí —dijo casi sin mover los labios.
—Es duro —pero no le interesaba, lo único que a él le importaba era la actuación-. No es un papel grande -señaló-. Entras, sales, unas cuantas líneas... muchos cambios de vestuario.
Ella asintió.
—Y bien —le dijo poniéndose de pie-. Te avisaremos.
David silbaba cuando iban de regreso al departamento.
—Salió mejor de lo que esperaba.
—Me alegro de que estés satisfecho.
Se la quedó mirando.
—¿Qué te pasa a tí? Todo el día has estado enfurruñada.
—Nada -dijo mintiendo.
La siguió al departamento de Flor.
- Vamos Paula, soy tu amigo ¿recuerdas?
—Me duele la cabeza, eso es todo.
—No empieces con trucos femeninos, ¿quieres? Lo que siempre me gustó de tí fue tu franqueza.
Ella se relajó, sonriéndole. Era injusta con él. Él hizo todo lo que pudo por ella y la oportunidad que le dieron fue magnífica. Debía estar agradecida, no resentida.
—Lo siento -le dijo—. Discúlpame por favor, David.
—Estás atravesando una mala racha -dijo calmándola-, pero ya te pasará.
Se preguntó a sí misma, si sería así, si alguna vez olvidaría a Pedro. El matrimonio era un compromiso, era dar y tomar, y todos los pequeños momentos del día, agregados a los recuerdos almacenados, le volvían una y otra vez a la mente, sin que pudiera evitarlo. Por el momento estaba enfadada con Pedro, pero eso no le duraría siempre y aún añoraba sus caricias.
Muy buenos los caps, qué maldito Pedro.
ResponderEliminarMe copa esta historia!!
ResponderEliminarQué capítulos! Que le pasa a este tipo! se hace el dolido cuando él es el infiel! Se hace odiar este Pedro!
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