jueves, 26 de mayo de 2016

Extraños En La Noche: Capítulo 16

Paula parpadeó. Pedro no le parecía nada estirado, sino todo lo contrario.

—Muy bonito —dijo el chico mirando su vestido—. Muy retro.

—Gracias —ella tomó otro sorbo de té y se preguntó si Pedro habría desaparecido porque le daba vergüenza que lo vieran con ella. Se apoyó en la pared—, ¿De qué te ocupas aquí, Woody?

—Trabajo en investigación —repuso él.

Aquello atrajo su interés.

—¿De verdad? Yo soy bibliotecaria de investigación en la Biblioteca Pública.

— ¡No me digas! —sonrió él—. Alfonso con una bibliotecaria. Eso es lo que yo llamo una combinación curiosa.

Ella decidió ignorar sus palabras.

— ¿Qué investigas tú?

— En este momento estoy con la historia de los alucinógenos en la cultura aborigen. Me resulta fascinante, porque los alucinógenos son un hobby nuevo para mí. ¿Tendrías algo en la biblioteca?

—Seguro que encontraré algo —contestó ella con voz un poco pastosa.

— ¡Genial! — exclamó Woody—. Me pasaré un día.

Paula asintió y se apartó de la pared. Las rodillas le temblaban un poco y deseó haber comido algo antes de ir al departamento de Pedro. Se excusó con Woody y se acercó a la mesa de la comida, donde tomó un puñado de galletas saladas con queso. Comió despacio, sintiendo la lengua como dormida, y acompañó las galletas con té helado.

Como seguía sin sentirse bien del todo, buscó el cuarto de baño para echarse agua fría en la cara. Echó a andar por un pasillo largo y pensó que había sido una tonta por no pedir a Woody que le indicara el camino.

Empezó a abrir una puerta tras otra, pero encontraba sólo despachos. Cuando llegó a la última, la cabeza le daba vueltas y se apoyó en ella para respirar hondo. Quizá estaba pillando la gripe. Había un virus en su trabajo. Sintió náuseas y pensó que tenía que buscar a Pedro e insistir en que se marcharan.

Abrió la puerta y suspiró defraudada al ver otro despacho. Pero ése tenía una pequeña fuente en un rincón, así que se acercó, con una mano en la pared para no caerse, se arrodilló en el suelo al lado de la fuente y se mojó las mejillas. El agua la refrescó un poco, y también el aire que entraba por las puertas que daban a una terraza.

Se levantó despacio y se acercó allí en busca de aire fresco. Y se encontró con una vista esplendorosa de los tejados de Denver. Y también con Pedro y Lorena.

Los dos estaban de espaldas a ella con las cabezas juntas y el brazo de Pedro rodeaba la cintura de la directora artística.

— Disculpen —dijo ella, que se sentía más mareada que nunca.

Cayó contra la pared, pero volvió a incorporarse, decidida a alejarse lo más posible de ellos.

—¡Paula! — la llamó Pedro—. ¡Espera!

Ella no hizo caso y corrió ciegamente hasta el pasillo. Sentía rabia y decepción y no conseguía saber por qué. ¿Por qué reaccionaba así si Pedro Alfonso no le importaba nada?

Él la alcanzó antes de que llegara al ascensor.

—¿Adonde vas?

—A casa —dijo ella, consciente de que la gente los miraba—. Quiero irme a casa. Mi Pedro no está aquí.

— De acuerdo —repuso él con gentileza—. Te llevo a casa.

—No, iré en taxi —repuso ella, aliviada al ver que al fin se abría la puerta del ascensor—. No te necesito.

—Sí me necesitas —replicó él. La tomó por la cintura y la ayudó a entrar en el ascensor—. Apenas puedes tenerte en pie.

Ella se apartó de él.

—Sólo estoy cansada.

Él sonrió.

—Estás borracha.

—No he bebido nada en toda la noche —ella se apoyó en la pared del ascensor—. Sólo té.

— Hecho con whisky irlandés y crema de menta —sonrió él—. Es una de las especialidades de Lorena. Trabaja a veces en el bar Alligator, cerca de aquí, donde está especializada en viejas recetas familiares.

Ella levantó una mano y se tocó con cuidado las mejillas y la naríz.

—Eso explica que sienta la cara dormida.

—Un efecto muy común.

—Para mí no -—sintió un escalofrío de impresión.

No le gustaba sentirse así, incapaz de controlar su cuerpo. ¿Y si vomitaba o se desmayaba? O peor, ¿y si Pedro intentaba aprovechar la situación para seducirla?

3 comentarios:

  1. Me imagino la cara de Pau no pudiendo mantenerse en pie jajajajajaja.

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  2. Pobre Pau!!! Sin querer se emborrachó!!!

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  3. Muy buenos capítulos! Pobre Pau, quién sera esa Lorena que tiene tanta confianza con Pedro...

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