martes, 1 de agosto de 2023

Un Trato Arriesgado: Capítulo 10

Paula deseó que terminara la velada. De alguna manera, ver a Pedro había sido una grata sorpresa. Pero verlo con todas esas mujeres no fue tan grato. Y verlo con esa versión de Pamela Anderson como su pareja ideal, sería demasiado para ella.


–¿Pueden prestarme atención, damas y caballeros? –se oyó la voz de Alicia–. Matchmaker ha unido con éxito a novecientas noventa y nueve parejas en los últimos años. Optar por las citas veloces es la manera más emocionante, rápida y relajada de lograr reunir a personas solteras con intereses similares. Por lo tanto, si esta noche no han encontrado a su pareja, vuelvan a intentarlo –Alicia asintió con la cabeza y luego sonrió al oír los aplausos de los presentes–. Y ahora, sin más dilación, Matchmaker se enorgullece de anunciar la elección de su milésima pareja ideal –declaró. Paula sintió una extraña tensión. No sería capaz de observar la euforia en la cara de la mujer afortunada, ya que no dudaba de que Pedro sería el hombre elegido esa noche–. Pedro Alfonso y Paula Chaves. ¿Podrían hacer el favor de acercarse al estrado?


Aturdida, Paula se dejó caer en la silla. Habría jurado que Alicia acababa de pronunciar su nombre. Tenía que haber un error. La tensión aumentó al ver que Pedro se acercaba a ella.


–Paula, creo que nos llaman.


Ella miró la mano que le tendía como si fuera una cobra. Si la tomaba estaría perdida. Sus labios se movieron y la rigidez de los músculos faciales dió paso a la apariencia de una sonrisa. Podía hacerlo. Tenía que hacerlo.


–Ésta es mi chica –murmuró Pedro al tiempo que le estrujaba la mano y la guiaba hacia el estrado.


Paula se movió mecánicamente, sin oír las felicitaciones que les llegaban de todas las direcciones. Alicia le palmeó el brazo cuando llegó al escenario.


–Lo siento, cariño. Pedro y tú han sido los únicos que han encajado. No podía tergiversar los resultados. El comité de la agencia examina a fondo los detalles, por no decirte que se encuentran presentes varios de los miembros del jurado que otorga el premio. ¿Me perdonas?


Con la cara sonrojada, Paula miró fijamente a Alicia. Extrañamente, el rostro de su amiga no expresaba el menor remordimiento. De hecho, se diría que estaba muy contenta. Sin embargo, no había tiempo para discutir. Tenía que ocuparse de cosas más importantes, como poner fin a esa farsa sin comprometer el negocio de Alicia. Y también ocuparse del modo en que podría desviar las atenciones de Pedro cuando acababa de elegirla como su pareja deseada. 


–Dejémonos llevar por ahora –murmuró Pedro, como si le leyera el pensamiento.


Paula lo miró fijamente. La intensidad de la mirada masculina no consiguió calmarla. «Es más fácil decirlo que hacerlo», pensó la joven. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario