miércoles, 7 de octubre de 2015

Un Viejo Amor: Capítulo 23

Paula  cubrió la distancia que los separaba y le puso una mano en el pecho. El corazón le latía desbocado.
–No me voy a ninguna parte.
–¿Qué estás diciendo?
Ella levantó la mirada hacia su atractivo y orgulloso rostro.
–Te amo.
–¿Qué pasa con ese pretendiente de ciudad?
–Le acabo de mandar una carta diciéndole que no voy a regresar.
–¿Y tu abuela?
Paula sonrió.
–Mi abuela plantará batalla, sin duda. Quiere que viva en Virginia.
Pedro le apartó un rizo de la frente. El reflejo de una sonrisa asomó a sus ojos.
–Apuesto a que podría llevarme bien con ella.
–No estés tan seguro –dijo Paula, riendo–. Es una anciana muy testaruda –se quedaron en silencio un momento, felices de estar tan cerca el uno del otro–. Siento lo que dije antes. Estaba asustada y confusa.
–Parece que ya no lo estás.
–Así es –le tomó la mano con las suyas–. Pedro Alfonso, ¿me concederías el honor de casarte conmigo?
Él la tomó de la mano y empezó a caminar rápidamente por la calle.
–Eso tengo que preguntarlo yo.
–Puedo ser una mujer muy independiente.
–Ya lo he notado –afirmó él, riendo.
–¿Eso es un sí o un no?
Pedro se detuvo enfrente del juzgado. La estrechó entre sus brazos y la besó con tanta pasión que la dejó sin aliento.
–Es un sí.



FIN

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