Pedro Alfonso era la fantasía de toda mujer: guapo, bueno con los niños y hábil en las labores del hogar, especialmente en el dormitorio. Paula Chaves no pudo decir que no cuando él ofreció sus servicios como niñera temporal para su hijo.
Enseguida empezó a sentirse tan atraída por Pedro como el pequeño Bautista. Pero él no era el tipo de hombre que se casaba, así que, ¿Cómo podía decirle que quería que cuidara también de ella, de forma permanente?
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