Bailando con el deseo...
Quizá debido al húmedo calor, quizá al palpitante ritmo de la música, Pedro Alfonso, millonario copropietario de un club nocturno, no pudo resistirse a los encantos de Paula Chaves. Aunque en Miami se le consideraba un playboy, jamás coqueteaba con sus empleadas. Sin embargo, Paula le hizo romper aquella regla de oro.
Aunque Paula sabía que acostarse con su jefe era peligroso, el encanto de ese hombre de negocios le hizo bajar la guardia. De sobra conocía la fama de Casanova de Pedro; pero cuando él la rodeaba con los brazos, le era imposible resistirse.
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