Estaba acostumbrado a verla en ropa de trabajo. Con pantalón y chaqueta, incluso con la minifalda de la última vez y que dejaba ver unas piernas impresionantes. Pero el top y los pantalones cortísimos que llevaba en ese momento dejaban muy poco a la imaginación. Y eso que él no necesitaba imaginar, conocía cada centímetro cuadrado de su cuerpo.
—Ya me iba —dijo ella.
—Espero que no por mi culpa. ¿Cómo estás? —preguntó.
—Bien —se giró y agarró la toalla que tenía detrás para secarse la cara—¿Y tú?
—Muy bien.
Desearla era un regalo cuando la veía, pero sabía que después siempre venía una punzada de remordimiento. Besarla no había sido su mayor error después de todo, el peor había sido ir con ella. Porque Paula le había contado cosas personales que podían haber dejado cicatrices en una niña pequeña. Ninguna pregunta sobre lo que ella pensaba acerca del matrimonio. Y, maldición, no quería sacar el tema de por qué había hecho lo que había hecho. Quería estar ofendido.
Paula se colgó la toalla del cuello.
—¿Sabes que ya se ha hecho pública la noticia del compromiso de Luciana?
—Sí.
—¿Y que los medios han publicado que yo soy la organizadora de la boda?
—También.
—Bien —asintió—. En realidad me alegro de que nos hayamos encontrado —no parecía muy feliz, más bien tensa—. He tratado de verte antes.
Él recordó el mensaje.
—¿Qué hay?
—Quiero comentar algo contigo, pero puedo llamarte al despacho más tarde.
—Tengo tiempo ahora.
Mientras hablaba, Paula se balanceaba de un lado a otro, manteniendo calientes los músculos que había ejercitado. La forma de su cuerpo y su movimiento pusieron a Pedro en guardia para no mover ni un músculo. Luchaba por concentrarse en lo que le decía.
—Tienes toda mi atención.
—Me han llamado para pedirme una entrevista en un programa de máxima audiencia.
—Has aceptado, ¿Verdad?
—Con condiciones.
—¿Qué condiciones?
—Que tú estuvieras de acuerdo —esperó su reacción.
—Sabíamos que esto iba a ocurrir. Contábamos con ello —le recordó.
—Lo sé, pero si sigo adelante no habrá vuelta atrás.
No quería volver atrás porque sólo verla lo trasladaba a un tiempo en el que había pensado que tenía el mundo en sus manos. Después ella le había hecho volver a la realidad de la forma más brusca.
Paula se inclinó hacia atrás para relajar las abdominales y Pedro pudo ver que no había un gramo de grasa en su cuerpo. No era que no estuviera en forma cuando habían estado juntos, pero él, que había conocido al detalle cada pliegue de su cuerpo, cada curva... la veía diferente, esculpida de un modo que no lo estaba un año antes.
—Haz la entrevista.
—De acuerdo —bebió otro sorbo de agua— Sólo para que lo sepas, pienso asumir toda la responsabilidad sobre la no celebración de la boda y la versión oficial será que seguimos siendo buenos amigos.
—No olvides mencionar las Torres Alfonso.
—Y si no preguntan... llevaré la conversación hacia tí y tu proyecto.
—Bien.
—La otra cuestión es la fiesta de compromiso.
—¿Qué pasa con eso?
—Luciana me acaba de mandar la lista de invitados. Te la enviaré por correo electrónico en cuanto vuelva a mi despacho. Quiero que le eches un vistazo por si hay que hacer correcciones o añadir a alguien. Las invitaciones tienen que salir en un par de días.
—De acuerdo.
Parecía completamente centrada en el trabajo. ¿Por qué le sorprendía eso? Seguramente porque él no podía apartar los ojos de su boca y preguntarse si la tierra había temblado sólo para él o lo había notado alguien más.
—Por cierto —dijo él— Vas a tener un aspecto imponente en la tele.
—Dicen que la cámara te pone cinco kilos más. Tendrás que reservar tu juicio hasta después de haberme visto.
—Mi juicio y mi vista están perfectamente. Estás fantástica, diferente.
—Sigo siendo la misma.
Había empezado a ser consciente de lo poco que sabía de ella, así que ese «la misma» no tenía mucho significado. Cruzó los brazos y la miró con detenimiento.
—Sí y no. Está realmente bien, en forma y sexy. El rubor de sus mejillas no era todo fruto del ejercicio.
—He estado practicando con un entrenador personal, Ezequiel.
—Se nota —dijo sin entonación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario