jueves, 11 de abril de 2024

Mi Destino Eres Tú: Capítulo 25

 -Nada en realidad... Me siento un poco estúpida por haberte llamado.


-Creía que habíamos acordado que dejarías de llamarte estúpida a tí misma -contestó Pedro.


-Pero es que en este asunto me estoy portando como una estúpida.


-Deja de quejarte y dime qué ocurre.


-Anoche... Me desperté por culpa de una pesadilla y...


-¡Ah, vaya! 


-¿Quieres saber qué soñé? -preguntó ella. 


-Vamos a ver... En mi última pesadilla soñé que una araña gigante tejía una enorme tela a mi alrededor. ¿Se trata de algo así?


-No, mucho peor -aseguró Paula. 


-¿Peor?


-Estaba hablando por teléfono, llamando a la persona que la agencia me va a buscar y... No sabía qué decir.


-No es peor que el hecho de que una araña te coma vivo -contestó Pedro.


-Tú no comprendes, estaba paralizada... 


-¿Tienes idea del efecto del veneno de una araña?


-¡Pedro!


-Está bien, te escucho -sonrió Pedro-. ¿Qué ocurrió?


-Nada, que me desperté sudando, aterrada, y entonces me dí cuenta de que eso sería lo que me ocurriría en la realidad. No sabré qué decir. Y seré yo quien tenga que llamar, según me dijeron el otro día. Soy yo la que debe pedir la cita, elegir el lugar y...


-Paula, no es para tanto -comentó Pedro.


-Lo es. ¿Te importa que practiquemos?


-¿Qué quieres decir?


-Quiero que salgamos juntos, que entrenemos. Desde la llamada telefónica hasta la despedida, todo.


-¿Fingiendo que es nuestra primera cita?


-Sí -afirmó Paula.


-No se me da bien eso de fingir.


-Tú imagínate que sales con una chica. Eres el experto. Te olvidas de mi cara cuando estemos juntos y te imaginas que soy una de tus Candelas.


-¿Una de mis Candelas? -repitió Pedro.


-La que sea -explicó Lea.


-Candela jamás me interesó.


-Da igual. ¿Qué te parece? Ya sé que no formaba parte del trato, pero me haría sentir mucho mejor.


-Está bien, de acuerdo. Practicaremos -accedió Pedro tras una pausa.


-Estupendo, gracias -sonrió Paula apretando su mano-. Voy a nombrarte empleado del mes. ¿Qué te parece mañana? 


-Bien, ¿Adónde quieres ir?


-Tú eres el experto -contestó Paula-. ¿Adónde va la gente en la primera cita?


-Hay miles de posibilidades.


-¿Lo ves? ¡Miles de posibilidades, y a mí sólo se me ocurre ir a un restaurante o a un café! ¿Qué otras alternativas hay?


-El teatro, un concierto, un paseo por el parque, un centro comercial, una galería de arte. También puedes ir al zoo, al acuario, a un espectáculo deportivo, a la bolera -sonrió Pedro mientras enumeraba-. Las opciones son infinitas.


-Ya veo, ¿Qué me recomiendas?


-No sé, depende de la pareja, pero en una cita a ciegas no sabes nada de la otra persona.


-Bien, pero ésta es una cita de entrenamiento, y la otra persona eres tú. ¿Adónde quieres ir? -insistió Paula.


-Si vamos a hacerlo, hagámoslo bien -repuso Pedro-. Hagamos un ensayo al detalle. Tienes que tomar una decisión basada en lo que sabes de la otra persona, en este caso yo.


-Mm... No sé demasiadas cosas acerca de tí.


-Yo creo que a estas alturas vamos conociéndonos -la contradijo Pedro-. De hecho sabes más de lo que sabrás acerca del hombre que te proporcione la agencia.


-Ni me lo recuerdes. Bien, contigo al menos sé que las galerías de arte están descartadas.


-Me gusta el arte, simplemente no me gusta... 


-El arte horrible -terminó Paula la frase por él. 


-Exacto.


-No me gustan los deportes, así que quedan descartados -continuó Paula-. Con tantas opciones es difícil decidir.


-Piensa en lo que quieres conseguir con esa cita, el tipo de mensaje que quieres dar a la otra persona -aconsejó Pedro.


-¿Qué quieres decir?


-¿Quieres un ambiente que conduzca inevitablemente al romance, o prefieres que quede claro que lo mejor es mantener las manos quietas? ¿Quieres un lugar que muestre tus intereses y tu personalidad?


-¡Oh, Dios!


No hay comentarios:

Publicar un comentario