martes, 9 de abril de 2024

Mi Destino Eres Tú: Capítulo 21

 -¡Vaya! Aquí hay algo. Un tipo que cambió de sexo y luego se arrepintió. Busca a una mujer a la que no le importe que carezca de ciertas partes.


-No creo que te sirva -repuso Pedro sin alzar siquiera la vista.


Paula siguió leyendo y desechando un candidato tras otro.


-¡Dios mío, jamás pensé que hubiera tanta gente rara en el mundo! ¡Y yo me estoy convirtiendo en uno de ellos!


-Tú no eres rara -negó Pedro.


-Podría optar por ser la tercera esposa de éste si fuera pelirroja. El puesto de castaña está ocupado -añadió Paula leyendo otro perfil.


-Bueno, basta -contestó Pedro cerrando aquella ventana-. Quizá éste no sea un buen lugar para empezar, pero las agencias deben tener un sitio en la Red. Vamos a ver -añadió comenzando a pulsar teclas.


No había demasiada información en Internet, de modo que recurrieron a las Páginas Amarillas. Paula rodeó los números de varias agencias que parecían prometedoras y esperó a que Pedro decidiera qué hacer. Él señaló un pequeño anuncio y dijo:


-En ésta contestan al teléfono hasta las nueve de la noche, así que adelante. Terminemos de una vez.


Paula gruñó, pero Pedro le acercó el teléfono.


-Toma, adelante. 


-Llamaré mañana por la mañana -repuso ella.


-¿En serio? -preguntó él ladeando la cabeza y sonriendo.


-Sí. Quizá. Todo es posible.


-Cuanto antes mejor -objetó Pedro-. Dame el teléfono, yo lo haré.


Pedro le quitó el aparato y marcó el número. Escuchó un segundo, sonrió, y se lo tendió, apartándose inmediatamente. Pagaría caro ese truco. La secretaria de la agencia tardó diez segundos en anotar su nombre y darle una cita. Paula colgó y respiró hondo.


-Ya está. Lo he hecho, tengo una cita en la agencia.


-Estupendo -contestó Pedro agarrándola de los hombros-. No ha sido tan difícil, ¿No?


-Bueno, sí lo ha sido.


-¿Cuándo es la cita? -preguntó Pedro entre risas.


-El día doce a las cinco en punto.


-¡Pero si faltan casi dos semanas! 


-Sí, así es -confirmó Paula.


 -Otra vez tratas de retrasarlo.


-No, sólo me tomo un poco de tiempo para hacerme a la idea.


-Para darle vueltas y más vueltas torturándote-repuso Pedro.


-¿Desde cuándo me conoces tan bien?


-Esa no ha sido una decisión inteligente, Paula -afirmó Pedro sacudiendo la cabeza.


-Bueno, pero ya está hecho.


-Puedes volver a llamar y pedir que te adelanten la cita.


-No, así tendremos tiempo para prepararnos -insistió Paula.


-Está bien, seguro que tienes miles de preguntas que hacerme. Quizá debamos hablar de qué estás buscando.


-Busco a una buena persona -respondió Paula encogiéndose de hombros.


-Una buena persona, no creo que el fichero de la agencia esté ordenado con ese criterio.


-Simplemente busco a una persona normal, alguien que no sea insoportable. No creo que sea pedir mucho, ¿No?


-¿Y con respecto a la edad, el aspecto, las aficiones, el trabajo? 

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