martes, 2 de abril de 2024

Mi Destino Eres Tú: Capítulo 15

 -Hay una gran diferencia, Romi -puntualizó Pedro-. Candela es una experta, sabe manejar a tipos como él. Paula no.


-Parece que la conoces bien, que te gusta protegerla. No está mal... Para empezar.


El agobio, la confusión e indecisión de Paula tratando de escapar de las garras de Julián lo habían conmovido. Estaba tan ocupado observándolos, que ni siquiera había sido capaz de mantener la conversación con Candela. Y cuando al fin las miradas de Paula y él se encontraron, y comprendió que ella conservaba su buen humor, Pedro sintió verdadera fascinación. Pero esa fascinación se había venido abajo al contarle Lea que buscaba marido.


-Fue un rescate muy galante, Pepe, estoy impresionada. Y creo que ella también -comentó Romina haciendo una pausa-. Me ha dicho que van a volver a verse mañana.


Así que la cita seguía en pie. Paula no había cancelado los planes al enterarse de que él había sido su carabina. Incluso se lo había contado todo a Romina. Aunque... ¿Qué sabía exactamente su hermanastra?, ¿le había dicho Paula que lo había contratado?


-Romina, ¿Qué te dijo Paula cuando le hablaste de mí?


-No le he hablado de tí -respondió Romina-. Paula me contó que un hombre llamado Pedro la había rescatado, pero yo no le dije que nos conocíamos. No creo que le guste que le pusiera una carabina.


-¿Qué? -preguntó Pedro paralizado-. Romi, tienes que decírselo.


-¿Porqué?


-Porque... Porque... Porque es lo honesto.


¿Qué sabía Romina, y cómo podía averiguarlo sin soltar prenda?, se preguntó Pedro. Quizá Paula no le hubiera contado que lo había contratado. Y él no podía decírselo, no podía traicionar la confianza de Paula. Ella era excesivamente vulnerable, lo demostraban las lágrimas derramadas la noche anterior.


-Romi, ¿Por qué siempre me metes en problemas?


-Así que Paula es un problema, ¿Eh? Fantástico. No comprendo cómo no se me ocurrió presentarlos hace mucho tiempo.


El ordenador emitió un pitido, recordándole que debía asistir a una reunión dentro de quince minutos. Pedro recogió los papeles y comenzó a meterlos en el maletín. 


-¿Hace tiempo? Esta vez tampoco nos has presentado, Romina.


-Cuestión de palabras -contestó Romina-, se conocen gracias a mí. Algún día me lo agradecerás.


-Tengo que colgar, Romi. Pero tienes que decirle a Paula que nos conocemos, que me mandaste a hacer de carabina.


-¿Y por qué no se lo dices tú? -sugirió Romina.


-Porque es amiga tuya, y si se lo digo yo se sentirá herida y humillada.


-¿Sí? Pues no pienso contárselo.


-Antes o después lo descubrirá -afirmó Pedro-. Además, ¿No estamos los dos invitados al cumpleaños de Milo el mes que viene?


-Tranquilo, fingiremos sorpresa ante la coincidencia. Será nuestro secreto.


-Romina, la vida me ha enseñado que los secretos acaban siempre por convertirse en grandes líos -advirtió Pedro-. Tengo que colgar, ya hablaremos.


-Dale un beso a Paula de mi parte -se despidió Romina. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario