—Hola, Delfi.
—Pau, estoy libre al mediodía y se me ha ocurrido que podríamos ir de compras — le dijo su hermana.
—¿Dónde quieres que nos encontremos? El Luna Azul me ha enviado un chófer hoy.
—Me pasaré a recogerte para ir a Nordstron's a comprar ropa. Necesito un vestido para una cena la semana que viene con los abogados de la empresa. Creo que me van a ofrecer que me asocie con ellos.
—¿En serio? —dijo Paula—. Eso es estupendo. Por fin, tanto trabajo va a tener sus compensaciones.
—Sí, eso creo. Y a tí te pasará lo mismo, ya lo verás. Me apetece mucho ir de compras contigo.
—Y a mí —respondió Paula—. El masaje y los tratamientos me han dejado increíblemente relajada. Ir de compras es la forma perfecta de continuar el día.
—Genial. Estaré ahí dentro de quince minutos.
—Estupendo. Por cierto, ¿No tenemos que ir a recoger a Joaquín al colegio?
—No, Lorena va a ir a buscarlo.
Veinte minutos más tarde, Paula estaba en el coche de su hermana de camino a Nordstrom's. Pasaron horas probándose vestidos y ambas se compraron ropa nueva.Se divirtieron y, durante ese tiempo, ella se olvidó de que tenía destrozado el corazón. Lo que fue un descubrimiento; porque, por primera vez en dos semanas, se había dado cuenta de que podía disfrutar de la vida sin Pedro. No sería tan feliz como con él,pero tampoco iba a ser una desgraciada. El móvil sonó justo cuando llegaron a su casa y, al mirar la pequeña pantalla, vió que era un mensaje de Pedro:
"Necesito verte esta tarde. Por favor, reúnete conmigo en la terraza del club a las cinco y media".
—Pedro quiere verme esta tarde. ¿Para qué será?
Delfina se encogió de hombros.
—No lo sé.
—¿Crees que es porque, al saber que he rechazado el trabajo que me ofreció Rodrigo, quiere hacerme cambiar de parecer y convencerme de que lo acepte? ¿Crees que quiere que me vaya?
—No creo que sea eso.
—¿Y si lo es? ¿Y si Pedro no quiere que siga en el club?
—Para. Estás diciendo disparates. Vamos, vístete y ve a ver qué es lo que quiere. Y otra cosa, creo que deberías ponerte ese vestido rojo que te has comprado hoy, para que vea lo que se está perdiendo.
Paula se quedó mirando a su hermana.
—¿Lo dices en serio?
—Sí, completamente.
Entonces, Paula envió un mensaje de respuesta a Pedro, diciéndole que se reuniría con él aquella tarde para cenar. No podía imaginar qué quería. Lo único que sabía era que la idea de verle lahabía puesto nerviosa. Le echaba de menos. Se vistió, se maquilló y se peinó con esmero. Y cuando se puso aquel vestido rojo ceñido y los altos tacones, sabía que estaba muy guapa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario