jueves, 2 de noviembre de 2017

Propuesta: Capítulo 20

—¿Dónde está, Juan? —preguntó Pedro, entrando en la casa de Paula seguido de Pablo y Leonardo.

—En  la  cocina  —respondió  el  hombre,  apartándose  rápidamente  para  dejarle  paso.

Pedro había  recibido  una  llamada  de  Pamela  para  contarle  lo  ocurrido.  Había  saltado  a  la  camioneta  y  salido  inmediatamente  del  rancho  seguido  de  Leonardo y  Pablo. Según Pamela le había contado, alguien había lanzado una piedra a la ventana de Paula con una nota que decía: "Vuelve por donde viniste". La idea de que alguien hiciera tal cosa le indignaba. ¿Quién demonios haría algo así? Entró en la cocina y miró a su alrededor, desechando los recuerdos de la última vez  que  estuvo  allí  para  centrar  inmediatamente  toda  su  atención  en  Paula.  Estaba  sentada  en  la  mesa  de  la  cocina  hablando  con  Eduardo  Higgins,  que  era  uno  de  los  ayudantes del sheriff y amigo de Leonardo. Todos  alzaron  la  vista  en  cuanto  entró,  y  la  expresión  del  rostro  de  Paula fue  para él como si le patearan el estómago. La encontró muy impresionada y a sus ojos asomaba  un  dolor  que  él  no  había  visto  nunca  antes.  Ardió  de  ira  al  pensar  que  alguien podía haberle hecho daño. La piedra no le había llegado a golpear, pero era como  si  le  hubiese  alcanzado.  Quien  fuese  el  que  había  lanzado  la  piedra  por  la  ventana había logrado afectarle al ánimo y dejarla conmocionada.

—Pedro,  Pablo y  Leonardo—dijo  Eduardo  al  verlos—.  ¿Por  qué  no  me  sorprende  encontrarme aquí con los tres?

Pedro no  respondió,  fue  directamente  hacia  donde  estaba  Paula e,  ignorando  a  los allí presentes, le acarició el cuello.

—¿Estás bien? —le susurró.

Ella le miró a los ojos y asintió lentamente.

—Sí, estoy bien. Bajaba por las escaleras cuando la piedra entró volando por la ventana. Más que nada ha sido el susto.

Miró  la  piedra que  alguien  había  colocado  sobre  la  mesa.  Era  grande,  lo  suficientemente  grande  como  para  herirla  de  haber  estado  en  el  salón  cerca  de  la  ventana.  La  idea  de  que  alguien  pudiese  rozar  un  solo  pelo  de  su  cabeza  lo  puso  furioso. Miró a Eduardo.

—¿Tienes idea de quién ha podido ser?

Eduardo negó con la cabeza.

—No, pero están buscando huellas en la piedra y en la nota. Espero que pronto sepamos algo. Le estaba preguntando a la señorita Chaves si conocía a alguien que quisiera  echarla  de  su  propiedad.  Las  únicas  personas  que  se  le  venían  a  la  cabeza  eran sus padres y posiblemente Antonio Chaves.

—No  creo  que  mis  padres  estén  detrás  de  esto  —dijo  Paula en  voz  baja—.  Y  tampoco quiero pensar que el tío Kenneth sea capaz de hacer algo así. Sin embargo, quiere que me vaya de la finca porque sabe de alguien que quiere adquirirla.

Eduardo asintió.

—¿Y  qué  me  dice  de  Pedro?  Creo  que  todos  sabemos  que  quiere  la  finca  y  también  a  Hercules  —dijo  el  ayudante  como  si  Pedro no  estuviese  allí  escuchando  todo lo que decía.

—No, él quiere que me quede —dijo suspirando.

 Eduardo cerró  su  libreta  de  notas,  decidido  a  no  preguntarle  por  qué  estaba  tan  segura.

—Bueno,  con  suerte  tendremos  algo  en  una  semana  si  logran  identificar  las  huellas —dijo.

—¿Y  qué  se  supone  que  debe  hacer  entre  tanto,  Eduardo?  —preguntó  Pedro con  frustración.

—Informar de cualquier cosa que le resulte sospechosa. Le pediré al sheriff que refuerce la seguridad en la zona.

—Gracias,  ayudante  Higgins  —dijo  Paula en   voz   baja—.   Se  lo  agradezco enormemente.  Juan va  a arreglar  el  cristal  de  la  ventana  y  yo  dejaré  las  luces  del  jardín encendidas toda la noche.

—No hace falta —dijo Pedro—. Esta noche te quedas en mi casa.

Paula inclinó  la  cabeza  hacia  un  lado  y  se  encontró  con  la  mirada  intensa  de  Pedro.

—No puedo hacerlo. No podemos estar bajo el mismo techo.

 Pedro se cruzó de brazos.

—¿Y por qué no?

Paula se  ruborizó  al  darse  cuenta  de  que  Pedro no  era  la  única  persona  que  esperaba su respuesta.

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