El empresario australiano Pedro Alfonso estaba acostumbrado a que las mujeres cayeran rendidas a sus pies... ¡No al contrario!
Paula Chaves llevaba años limpiando el polvo a las fotos de Pedro y no comprendía los motivos que le habían llevado de vuelta a Francia, a la casa donde se crió. Para el hijo de Paula, Pedro se convirtió en un héroe... Y a ella, Pedro la enamoró y le hizo pasar un verano inolvidable.
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