Pedro miró a la tercera hermana, delgada, castaña, atractiva. Luego, reparó en su embarazo.
Ninguna de las hermanas parecía en absoluto sorprendida de aquel comentario tan directo.
—La gente amable dice que Maca es muy franca —dijo Delfina—. Su marido piensa que es...
—¡No se te ocurra! —la interrumpió Macarena—. No delante de los niños.
—Tío Andrés dice cosas muy vulgares —informó uno de los niños.
Pedro estaba desconcertado, pero divertido por la curiosa escena.
—A mí me gusta como es —aseguró Macarena. Miró al invitado y empezó a entender qué era lo que su hermana había visto en él, más allá de lo que era obvio.
—¿Podemos enseñarle los gatitos?
—¡No! —las tres hermanas hablaron al unísono.
—Si es una molestia... —comenzó a decir Pedro.
—¡No sea bobo! No todos los días se tiene en casa a una estrella de cine. Delfina no cuenta. Además, Sofía, la hermana de los gemelos, es una fan suya. Tiene toda la habitación empapelada de pósters suyos. Por eso le voy a pedir un autógrafo para ella. Ahora está de excursión en Edimburgo. Se va a morir de rabia cuando sepa que ha estado aquí. Paula, llévalo al comedor y que Delfi me ayude.
Paula lanzó una mirada asesina a su hermana. Si al menos Andrés hubiera estado allí. Él no habría sido tan cruel.
—Así es que ésta es la hospitalidad británica de la que tanto he oído hablar. Esta sala es muy acogedora.
—Maca sabe cómo conseguir que un hogar lo sea.
—Ya lo he notado. Es muy atractiva.
Paula no pudo evitar sentir celos.
—Está embarazada —le dijo inmediatamente.
¿Alguna vez había pensado eso de ella? Sí, claro que sí. Más aún, había pensado que era sexy... Y a ella le había gustado.
—También me he dado cuenta de eso —Pedro se sentó en el sofá—. ¿Te hago sentir incómoda?
¡Eso era lo que él quería!
—A nadie le gusta que le recuerden sus errores.
—¡Un golpe bajo!
Estaba claro que a Pedro no le había gustado el comentario.
—¿Estás trabajando?
—Sí.
—Me sorprende que no me pidieran referencias, puesto que fui tu último jefe.
—Andrés dió los informes necesarios.
—Y el conocimiento que Andrés tiene de tí se limita a lo profesional?
—¿Qué se supone que significa eso?
—Es una pregunta.
—¡No sé de que demonios estás hablando!
—¿Tampoco sabes quién le habló a un periodista sobre Benjamín?
—¿Benjamín? —Paula no entendía exactamente a dónde quería llegar.
—Sí, mi hijo. Seguro que no pensaste que tú eras la primera candidata a haber desvelado el secreto.
Paula trataba, desesperadamente, de poner las piezas del rompecabezas en su sitio.
—La gente ya sabe lo de tu hijo?
—Aún no. Pero pronto lo sabrán. No te sorprende, ¿verdad? —dijo él—. Si mi información es correcta, la información saldrá al mismo tiempo que el estreno de la película.
—¿Piensas que yo...? —le dijo con la voz estrangulada. No podía creer que la estuviera acusando.
—Guárdate para Hope esa cara de inocente. La vas a necesitar.
—Pedro, yo no...
—¡No! —estaba de pie. Todo su cuerpo vibraba de rabia. Se pasó la mano por le pelo—. No servirá de nada que lo niegues. ¡Dios! ¿Cómo pude equivocarme de ese modo contigo? Mírame a los ojos y dime que no fuiste tú.
No importaba qué hubiera ocurrido entre ellos. No podía permitir que pensara que ella era capaz de una cosa así.
—Pedro, yo no... —no podía ni hablar. Sentía un gran nudo en la garganta.
—Al menos no te rebajas a mentir —durante unos segundos Pedro se sintió débil, cansado. Una parte de él había tenido la esperanza...
Paula cerró los ojos y buscó inspiración.
—Claro, ¡Ya has decidido que he sido yo!
—¡Es que ése es un privilegio que te reservas sólo para tí! —apartó la mirada de su cara. Se metió las manos violentamente en los bolsillos.
Comenzó a pasear de arriba abajo de la habitación.
La observación había sido cruel, pero la había hecho recapacitar.
Muy buenos caps.
ResponderEliminarMuy buenos capítulos! Ojalá se escuchen de una vez...
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