martes, 6 de agosto de 2024

Secreto: Capítulo 50

Mientras Pedro hablaba con su cuñado de un trabajo de electricidad y pensaba en su deseo fallido de haber pasado la mañana del domingo a solas con Paula, llegó también Federico. Pedro contempló a su hermano, que bajaba del coche sin su aspecto normal de despreocupación; de hecho parecía completamente sombrío.


—¿Qué pasa Fede? ¿Te echó de la cama Emma demasiado pronto esta mañana? 


—No, Emma y yo estamos bien —Federico miró a Javier, luego a Pedro con expresión resignada—. Tengo una cosa que creo que tienes que ver —extendió la revista que tenía en la mano.


—¿Qué es eso?


—Es un catálogo de lencería que Guido estaba pasando en Leisure Pointe anoche.


—¿Y?


—Que Paula está en él.


—¿Qué?


—Paula posó para este catálogo, Pedro, con algunas prendas muy sexys —dijo Federico entregándole la revista y obligándolo a mirar—. Y Guido se aseguró de que todo el mundo lo viera bien.


Pedro no quería creer a Federico, no quería creer que Paula le hubiera ocultado algo así. Incapaz de controlarse, pasó las páginas a toda prisa. Estaba claro, era Paula en poses sensuales, llevando ropa íntima provocativa y con un aspecto muy distinto de la mujer inocente que había pasado la noche con él. Una mujer a la que él no conocía. Su estómago se encogió ante el recuerdo de la traición de otra mujer y de la confusión que había creado en su vida. Se sintió atrapado y engañado, como cuando Ángela lo manipuló.


—¿Cómo consiguió esto Guido?


—Supuse que querrías saberlo y conseguí convencer a Guido para que me diera la respuesta. Me dijo que había estado con una mujer el viernes por la noche y que encontró el catálogo en su casa y empezó a hojearlo…


Pedro levantó una mano para que se callara.


—Tú no lo sabías —dijo Federico sin entonación—. No te lo contó.


—No —pero en aquel momento supo lo que Paula había estado intentando decirle. 


Pero tenía derecho a conocer su pasado antes de hacerle el amor. Antes de permitir que le llegase más adentro que ninguna otra mujer. Y le irritaba que no hubiera confiado en él antes. Ahora no podía evitar preguntarse si no habría dormido con él con otros motivos en la mente, si al entregarle su inocencia no espera que él se portase como un caballero y se casara con ella… Para hacerla «Respetable» y esconder su pasado escandaloso. Se sentía como un idiota. Otra vez. 


—Lo siento, Pedro —dijo Federico poniendo una mano sobre su hombro—. Pero, si no te lo decía yo, te ibas a enterar por otra persona. Todo el mundo habla de Paula y el catálogo. Y de tí. Emma estaba de acuerdo en que debía enseñártelo cuanto antes. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario