—¿Lo dices por la cojera? Te aseguro que, si me lo propongo, te voy a hacer sudar.
De eso estaba segura. No hacía falta que la pusiera a hacer deporte. Ya estaba sudando de solo tenerlo delante. Le estaba subiendo la temperatura corporal solo porque la estaba mirando. De todas formas, no lo había dicho por la cojera. Aquel hombre parecía un tanto obsesionado con el asunto y aquello la incomodaba. Por un momento deseó que no la hubiera salvado de la caída, pero no lo dijo.
—Lo decía porque no encajas con la imagen corporativa —dijo nerviosa—. ¿Tienes el uniforme nuevo en la lavadora?
Pedro sintió tremendos deseos de reír, pero se controló. Paula Chaves estaba gorda, en baja forma, sin maquillar, con el pelo recogido únicamente para que no se le metiera en los ojos y con las uñas sin pintar. Obviamente no se cuidaba mucho ni le interesaba cazar a un hombre. Su carácter, sin embargo, era refrescante. Incluso estimulante. Tendría que haberla echado de su centro de vanguardia por estropear la imagen. Por otra parte, hacía mucho tiempo que nadie le hablaba así, sin importarle la impresión que pudiera darle. Estaba claro que a Paula le importaba muy poco lo que pensaran de ella. Por lo menos, él. Además, ¿No era el objetivo de su negocio que las personas como ella consiguieran mejorar su imagen?
—¿Me das el formulario, por favor?
¿Por qué habría matriculado Jimena a aquella mujer sin pagar? No lo sabía, pero decidió seguirle la corriente.
—Jimena ha dejado escrito que esperas adelgazar dos tallas —apuntó.
—No es que lo espere, es que es absolutamente vital que entre en una talla… —se interrumpió como si le diera vergüenza confesar qué talla tenía—… más pequeña.
—¿En mes y medio?
Paula no contestó.
—¿No es eso? —insistió Pedro mirándola.
—No. Sí…
—¿Quieres tiempo para considerar la pregunta? —dijo él echándose hacia atrás en la silla.
—No. Le había dicho a Jimena mes y medio, pero mi madre me ha llamado esta mañana y, por lo visto, la última prueba del vestido va a ser mucho antes.
—¿Te casas? —preguntó Pedro con el ceño fruncido.
—¿Tan raro te parece? —preguntó sonrojada.
—Claro que no —contestó Pedro arrepintiéndose de habérselo preguntado en aquel tono.
Seguro que aquella mujer era encantadora y simpática, pero aquel no debía de ser su día. Las bodas no eran su tema preferido y estaba empezando a tener la sensación de que Paula Chaves era una pesadilla directamente enviada a atormentarlo. Lo estaba mirando con sus grandes y oscuros ojos fijos en él. Parecía enfadada y dolida. Pedro se sorprendió deseando levantarse y darle un abrazo, pero no era el momento. ¿Le parecía raro que aquella mujer se fuera a casar? No, la verdad era que no.
—Pero no llevas anillo —apuntó amablemente— y has dejado lo de adelgazar para el día de la boda para un poco tarde, ¿No?
¿No sería que había sido una boda programada de repente? Pedro miró el apartado de comentarios médicos del formulario. Nada.
—Si estás embarazada, debes advertirlo.
—Muchas gracias —le espetó Paula mirándolo iracunda.
Obviamente no le había hecho ninguna gracia que la llamara gorda.
—Para que lo sepas, es mi hermana a la que han engañado con eso del «Y vivieron felices y comieron perdices». Yo soy mayor que ella y no tan fácil de engañar. Solo tendré que encargarme de que los pajes no metan a las damitas ratones por el cuello. Soy la madrina —le aclaró.
—Qué bien, ¿No?
—A mí no me lo parece. Para colmo, me van a poner un vestido cursi, seguro, que se podría romper si tuviera que salir corriendo detrás de algún niño gamberro —contestó Paula sonriendo de nuevo. Cuando lo hacía, era como si saliera el sol—. Sin embargo, me alegro de no ser la novia. Así me evito los nervios. Además, suelen decir que la madrina y el padrino… —se interrumpió sonrojada.
¿Se estaba sonrojando? Qué delicia. Qué inesperado. ¿Cuántos años tenía? Pedro miró el formulario. Había puesto veintiséis, pero le había dicho que había ido al colegio con Jimena, así que debía de ser uno o dos años mayor. Eso quería decir que las demás cifras también podían estar alteradas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario