jueves, 23 de mayo de 2019

Eres Irresistible: Capítulo 32

Vió la sonrisa con la que Pedro la observaba y le costó reconocer en él al hombre de la semana anterior. ¿Bastaría una noche de apasionado sexo para transformar a una persona? Respecto a sí misma podía decir que aunque debería estar agotada por no haber dormido, se sentía cargada de energía, como si cada célula de su cuerpo hubiera cobrado vida, como si hubiera rejuvenecido.

—Gracias por la advertencia —dijo Pedro.  Y apoyándose en la encimera le dio un sonoro beso en los labios antes de salir de la cocina.

Paula lo siguió con la mirada y tras dar un profundo suspiro, se volvió hacia los cuatro hombres, que la observaban atentamente. En la última semana habían convertido en una rutina llegar a desayunar y a comer antes que los demás, y charlar con ella. En aquellas conversaciones le habían hablado del negocio con caballos que estaban a punto de comenzar y de que Nicolás no tenía prisa por volver a Australia, aunque ella no sabía por qué. Carraspeó.

—¿Quieren más café?

Antes de que contestaran, Paula oyó llegar varios vehículos y se alegró de la distracción y de tener la oportunidad de estar ocupada.

—¿Y estás seguro de que tendrás suficientes pastos sin las tierras de Tomás, Federico y Juan? —preguntó Marcos, acomodándose en la silla tras el escritorio.

Pedro, que parecía distraído, no contestó.

—¿Estás bien, Pepe? —preguntó Marcos, preocupado.

La pregunta sacó a Pedro de su ensimismamiento.

—Sí, claro que estoy bien.

Después de desayunar, Pedro se había marchado para que Paula pudiera preparar el almuerzo. De haberse quedado, sabía que la hubiera arrastrado al piso superior para continuar con sus juegos nocturnos. Así que, en un esfuerzo por comportarse, había decidió ir a ver a Marcos y a Pamela. Podía sentir la mirada de su primo clavada en él.

—Tengo entendido que las cosas entre tu cocinera y tú se han puesto serias, Pepe.

Pedro no se molestó en preguntar cómo lo sabía. Ni siquiera le importaba. Nunca le había obsesionado el sexo por el sexo; por eso no le importaba estar solo. Sólo cuando la necesidad era acuciante, buscaba compañía femenina, pero eso no ocurría con frecuencia. Sin embargo, no le costaba imaginarse haciendo el amor con Paula regularmente, despertando a su lado…

—¿Pepe?

Enfocó la mirada al darse cuenta de que Marcos había vuelto a pillarlo soñando despierto.

—¿Sí?

—¿Seguro que estás bien?

Pedro decidió sincerarse.

—La verdad es que no —miró a Marcos pausadamente—. Me acuerdo de la primera vez que me hablaste de Pamela, y noté algo en tu voz.

Marcos rió.

—Debió ser lo mismo que noté yo el otro día cuando mencionaste a tu nueva cocinera.

Pedro lo miró con sorpresa.

—Eso es imposible. Acababa de conocerla.

Marcos asintió.

—También yo acababa de conocer a Pamela.

Pedro frunció el ceño. No estaba seguro de que le agradara lo que Marcos insinuaba. Se uso en pie.

—Te aseguro que no es lo mismo, Marcos.

Marcos sonrió.

—Tampoco yo le di demasiada importancia, por eso comprendo que prefieras negarlo. Pero cuando te des cuenta de que sí la tiene, espero ser el primero en recibir una invitación.

1 comentario:

  1. Ay cómo le irá a caer cuando se entere la verdad de por qué está Pau ahí!!

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