Paula observó su cara para ver si percibía alguna señal de que aún quisiese a su hermana, pero no vio nada. De todas formas, Pedro tenía los nervios de acero por la costumbre de montar a los toros, y seguro que podía controlar su reacción. Quizá debía provocársela ella.
—Camila ha estado muy ocupada con su trabajo y la he visto muy poco, así que tengo ganas de que venga —le dijo ella.
—O sea, que sí que te sientes sola —le dijo él.
—Ya te has dado cuenta de que a veces hablo sola, así que es una deducción lógica —dijo ella mirándolo—. Y aunque estoy muy contenta aquí en el rancho, no voy a negar que de vez en cuando es agradable tener a alguien con quien hablar.
Pedro frunció el ceño.
—¿Por qué no te has casado, Paula?
Ella aún lo observaba, buscando una señal de impaciencia por ver a Camila de nuevo. Pero de nuevo él la había pillado desprevenida con su pregunta. ¿Qué pretendía Pedro centrando la atención en ella? Debido a la confusión, tuvo que pensar un momento antes de contestar.
—Ya te dije la razón —dijo finalmente—. Estuve comprometida y no salió bien.
—Hay muchos hombres disponibles para una mujer tan guapa como tú —dijo él.
—¿Como quién?
—Gabriel O'Connor, por ejemplo.
—Tiene bastante con las gemelas —dijo ella riéndose—. En más de una ocasión ha dicho que no quiere más mujeres en su vida.
—De acuerdo —concedió él, aunque por su tono de voz se notaba que no se lo creía—. ¿Y Marcos Hart?
—Más de un entrometido ha intentado que yo empezase una relación con él.
—No me extraña. Los dos tienen mucho en común.
—Pero yo no quiero.
—¿Por qué no? Es un hombre atractivo.
—¡Te has dado cuenta! —le dijo con una sonrisa.
Utilizó la burla para protegerse a sí misma. ¿Estaba intentando ser amable? ¿Trataba de emparejarla para que no sufriese cuando él volviese con su hermana?
—Me preocupo por tí —le contestó—. Marcos tiene dinero, una casa bonita y una buena hija. ¿Qué hay de malo?
—Marcos no ha olvidado a su exmujer, y yo ya he pasado por esa experiencia. ¿Por qué iba a cambiar una maravillosa amistad por un romance condenado al fracaso de antemano?
—Para no estar sola.
—Si alguien no hace que tu vida sea mejor, es porque algo falla. Ya he pasado la edad en que una mujer necesita a un hombre para sentirse realizada.
—Eres demasiado joven para estar por encima de todo.
—De acuerdo. Entonces estoy en la fase de que si algo no está roto, no quieres arreglarlo.
—¿Es esa en la que salir con alguien es demasiado complicado?
—Sí —dijo ella—. El fracaso de mi compromiso fue porque no le dí importancia al fiasco de la universidad.
—¿Cómo? —preguntó Pedro.
—No pasa nada. Creo que todas las chicas se topan alguna vez con un hombre así. Si son listas, solo ocurre una vez.
—¿Un hombre cómo? —le preguntó agarrándola de la muñeca para retener su atención.
Su mirada le dijo a Paula que no aceptaría que se saliese por la tangente.
—Ya sabes, el tipo de hombre que piensa que una mujer debe sentirse afortunada si él decide prestarle atención. Al principio no me dí cuenta, lo quería mucho. Hasta que me pidió algo que yo no estaba dispuesta a darle.
—¿Qué hizo? —le preguntó él con los ojos brillantes por la furia.
—Se puso pesado. Dijo que había esperado mucho tiempo y no aceptaría un no por respuesta. Me defendí de él con un golpe que tú me enseñaste: una rodilla bien colocada resulta muy convincente.
Pedro la observó un momento, y después sonrió.
—¿Funcionó?
—Sí —dijo ella sonriendo también—. Me llamó de todo y me dijo que si seguía así me quedaría sola porque a los hombres solo les interesa una cosa.
—A muchos sí, pero no a todos —le dijo.
—¿Los otros, qué quieren?
—Éxito, estabilidad, una familia y amigos, un sitio al que llamar hogar. Todo el mundo tiene que averiguar qué está buscando.
—¿Tú lo has averiguado? —le preguntó ella.
Pero ya sabía la respuesta. Había estado buscando durante diez años y aún quería a Camila.
—Aún no lo sé —dijo él negando con la cabeza—. Pero cuando lo averigüe, serás la primera en saberlo.
Paula pensó que no tendría que esperar mucho. Cuando viese a Camila, Pedro sería como un libro abierto para ella. No tendría que decir nada.
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