martes, 26 de diciembre de 2017

Irresistible: Capítulo 36

—¡Pedro! Estás despistado. Realmente debes estar muy cansado.

—Sí.

—¿Qué  piensas  sobre  la  posibilidad de vivir en Destiny?  —repitió ella  mirándolo esperanzada.

Ahora era  el  momento,  pensó  él.  La  oportunidad  de  ser  noble  y  no  hacerle  daño. Respiró profundamente.

—Haré  lo  que  sea  necesario para que  mi  empresa  tenga  éxito  —dijo  él  con  precaución.

En los ojos de  Paula brilló  algo  parecido  a  la  decepción,  pero  enseguida  desapareció.

—Nadie mejor que yo comprende la necesidad de sacar adelante un negocio — dijo llevando los platos al comedor.

 —¿Sabes algo de tu hermana? —le preguntó él.

Pedro solo había  querido  cambiar  de  tema,  pero  la  mirada  que  Paula le  lanzó  no fue precisamente de indiferencia.

—Hablo con ella casi todos los días —le contestó.

Paula no  quería  parecer  que  estaba  a  la  defensiva,  pero  si  era  así,  no podía  evitarlo. Cuando lo oyó mencionar a su hermana casi se le cayeron los platos al suelo. No se esperaba aquella pregunta, ya que Pedro no había vuelto a hablar de Camila desde que llegó, y ella había pensado que... ¿Qué Pedro la quería a  ella?  ¿Que los dos  besos  lo  habían hecho  olvidarse  de  Camila? Era obvio que, en lo que a Pedro Alfonso se refería, estaba destinada a ponerse siempre en ridículo.

—¿Qué tal está? —le preguntó él.

—¿Quién?

—Camila—contestó Pedro y se sentó mirándola con una interrogación—. ¿Quién es ahora   el  despistado?  Debes de estar cansada   —añadió  utilizando sus  mismas  palabras.

—Lo  estoy  —contestó  ella. 

Estaba despistada  y  cansada,  pero  no  por  la  razón  que él creía. Desde el día en que la había sorprendido en la bañera, Pedro había mantenido las  distancias,  y ella le estaba  realmente agradecida  por  ello  aunque  en  algún  momento  había  deseado  que  la  volviese  a  besar.  En  aquellos  instantes  de  debilidad  había querido estar de nuevo en sus brazos, pero él no se había aproximado a ella. La  relación que  habían mantenido   había   sido amistosa, pero distante.   Aquello la  molestaba. Después de romper su compromiso había aceptado que estaría sola, pero eso fue  hasta  que  Pedro reapareció  en  su  vida.  Verlo de  nuevo  le  había  hecho  preguntarse  si  las  cosas  podrían  haber  sido  distintas,  y  compartir  la  casa  le  había  dado la oportunidad de comprobar cómo sería una relación con él. Paula descubrió que le gustaría. Y,  ahora, de repente,  preguntaba  por  Camila.  Inmediatamente,  las  esperanzas  que  ella ni siquiera sospechaba que albergaba afloraron y se evaporaron. Se dió cuenta de que, a pesar de haber transcurrido diez años él no había superado la relación con su hermana. ¿Qué  diría Pedro si  supiese  que  Camila iba  a  estar  la  semana  del  rodeo?  ¿Era  él  la  razón por la que su hermana iba a ir al rodeo? Quizá era mejor que los dos se viesen, porque desde hacía tres semanas tenía la sensación  de  que  unas  fuerzas  ocultas  intentaban  hacer  las  paces  con  el  pasado.  ¿Se  estaría volviendo loca? De cualquier modo, no tenía ningún sentido ocultarle que Camila llegaría pronto.

—Camila llegará mañana —le dijo.

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