El mundo de Paula estalló en un calidoscopio de sensaciones cuando el Enmascarado la besó.
En el momento en que sintió su boca sobre los labios, empezaron a temblarle las piernas. Su olor intenso y delicioso le embriagaba los sentidos y los latidos de su propio corazón le impedían oír cualquier otro sonido del club excepto sus respiraciones aceleradas.
El deseo la consumía.
Besarlo era aún más de lo que había imaginado. Era dulce, ardiente, delicioso y húmedo. De sus labios escapó un gemido que la hizo preguntarse cuánto tiempo podría aguantar aquel sensual tormento. Tenía la sensación de estar inmersa en una película erótica. Un desconocido enmascarado, un lugar público, el peligro de que alguien los viera y el miedo a lo desconocido.
Se agarró a sus hombros para no caer al suelo. ¿Se atrevería a dejarse llevar hasta el final? ¿Allí mismo? ¿En aquel momento?
El corazón le latía con fuerza dentro del pecho.
“Déjate llevar”.
Aquellas palabras se habían convertido en el lema que la impulsaba a vivir sin arrepentirse de nada. Iba a adentrarse en aquella experiencia y a saborearla tanto como pudiera para compensar todos los meses que había estado atrapada en una cama, aferrándose a la vida.
Su primera aventura con un completo desconocido. Con él podía dejarse llevar y hacer todo lo que jamás podría hacer con un hombre como Pedro.
Quería recordar todo lo que estaba sucediendo. Estaba besando a un bailarín enmascarado en los vestuarios de un club de striptease. Aquello merecía aparecer en su diario.
Sus labios eran ardientes y asombrosos; le resultaban desconocidos y familiares al mismo tiempo. La apretó con fuerza contra su cuerpo con un salvaje rugido. Paula se recostó en él y sintió un escalofrío al rozar su pecho fuerte y sus brazos musculosos.
Abrió los labios ligeramente y sacó la lengua. Quería más.
Quería sentirlo dentro de ella. Muy adentro. Apenas podía respirar mientras le acariciaba el pecho desnudo y absorbía su calor.
Suavemente, él retiró los labios de ella y dió un paso atrás.
–Mais non, cherie –le dijo él.
Era el peor acento francés que había oído en su vida, pero lo perdonó porque sabía que era parte de la fantasía.
Muy buenos capítulos! cuando se entere quién es el enmascarado, Pau!
ResponderEliminarWowwwwwwww, qué fuertes los 3 caps. Está genial esta historia Naty
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