martes, 24 de marzo de 2015

Un Extraño Amor: Capítulo 21

Teniendo en cuenta el modo en que había reaccionado cuando le había dicho lo que sentía la noche que lo había invitado a su apartamento, era obvio que no había la menor posibilidad de que consiguiera acostarse con ella siendo él mismo. A Paula no le gustaban los tipos estudiosos e intelectuales. Ya se lo había dejado más que claro.
Hacía calor. Las gotas de sudor le caían por el cuello. Se subió la máscara y tomó aire.
¿Qué debía hacer?
La puerta se abrió.
Se quedó helado, con las manos agarradas a la barandilla.
–¿Pedro?
“Maldita sea”. No era así como él quería que lo descubriese. Agachó la cabeza y consideró la idea de salir corriendo, pero Pedro no era ningún cobarde, así que se dió  media vuelta muy despacio. Estaba atrapado y no había otra salida que no fuera decir la verdad. Al diablo su plan de seducir a la mujer de sus sueños.
Pero la mujer que había salido a la escalera no era Paula, sino su hermana Zaira. Seguía llevando el estúpido preservativo en la cabeza como si fuera un gorro de ducha. Pedro sintió un profundo alivio.
–Pedro Alfonso–dijo poniendo los brazos en jarras y mirándolo con gesto especulativo.
Él asintió.
–¿Tú eres Monsieur Enmascarado? ¿El tipo con el que mi hermana lleva noches soñando?
Pedro se encogió de hombros y levantó las manos a modo de confesión.
–Pero es…
–Reprochable, lo sé.
Zaira sonrió.
–Iba a decir maravilloso.
–¿Te parece maravilloso que esté engañando a tu hermana?
–No, creo que es maravilloso que hayas encontrado el modo de traspasar el muro que ha construido alrededor de su corazón desde que tuvo cáncer.
–¿Cáncer? –aquella simple palabra despertó pavor dentro de él. ¿Paula tenía cáncer? Apretó los puños, incapaz de asimilar la idea.
–¿No lo sabías?

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