domingo, 22 de marzo de 2015

Un Extraño Amor: Capítulo 15

El modo en que estaba mirándola no dejaba lugar a dudas, era evidente que sentía el mismo deseo y la misma necesidad que sentía ella. ¿Qué demonios le ocurría? ¿Sería por culpa de la luna llena? ¿O acaso estaba ovulando? Quizá la fantasía de Monsieur Enmascarado había invadido la realidad en la que se encontraba Pedro Alfonso.


Aquello no podía estar sucediendo. No con alguien como Pedro. No podía enamorarse de él.
Pero tampoco podía apartar la mirada. Estaba perdida, arrastrada por la intensidad de aquellos fascinantes ojos oscuros. Era la segunda vez a lo largo del día que la cautivaban unos ojos color chocolate. ¿Qué le pasaba de pronto con los hombres de ojos marrones?
Había algo diferente en los ojos de Pedro; de repente le parecían más intensos, más cargados de emoción. Normalmente Pedro ocultaba sus sentimientos, sólo había visto aquel brillo en su mirada cuando lo había oído hablar de arqueología. Pero ahora la miraba a ella con esa misma intensidad.
La deseaba.
Paula apretó el puño.


Ella también lo deseaba a él. Todo su cuerpo ardía por él. Deseaba quitarle la ropa y hacerle el amor allí mismo, en el suelo del salón.
Pero no podía hacerlo. Un hombre como Pedro merecía mucho más de lo que ella podría darle.
–Pedro, tú eres demasiado para mí. Eres demasiado inteligente para una chica que ni siquiera terminó el instituto.
–Quiero hacerte el amor, Paula –susurró él seductoramente.
No, no. ¿Por qué había tenido que decirlo? Ahora tendría que rechazarlo y le haría daño. Paula respiró hondo y se dispuso a decir la mayor mentira de su vida.
–Lo siento, Pedro, pero yo no siento lo mismo.

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