domingo, 22 de marzo de 2015

Un Extraño Amor: Capítulo 16

Sus palabras fueron como una daga que se le clavó en el corazón. Sintió un sabor amargo y metálico en la boca. Le había mostrado sus sentimientos y ella lo había rechazado porque era un bicho raro, un ratón de biblioteca. De nada servía que hubiera intentado suavizar el golpe diciéndole que era demasiado inteligente para ella, Pedro sabía perfectamente lo que había querido decir.
Pero entonces vió un brillo extraño en sus ojos y supo que estaba mintiendo.
Lo que no sabía era por qué.
Se humedeció los labios con la lengua. ¿Sería una invitación?
“Bésala, bésala, bésala. Oblígala a reconocer lo que siente por tí”, le gritaban su mente… y su pene.
Pero no podía besarla. Aún no. No quería hacer estallar todo aquello antes de haber empezado siquiera. No, primero tenía que hacer el amor con ella utilizando la identidad del Enmascarado. Después, una vez que hubiera descubierto el placer que podía sentir con él y supiera que su vecino podía ser tan salvaje y atrevido como cualquier otro, desvelaría su verdadera identidad.
Aun así, le resultaba muy difícil no dejarse llevar por el deseo de saborear aquella deliciosa boca como lo había hecho en el club. Aquellos labios que le habían robado el corazón.
Había esperado demasiado para actuar, buscando la oportunidad perfecta para derribar sus defensas, y ahora no iba a estropearlo todo precipitándose. No podía hacerlo ahora que, por primera vez, Paula estaba mirando al bueno de Pedro del mismo modo que había mirado al Enmascarado.
–Está bien –dijo por fin–. Si eso es lo que sientes.
–Lo siento, Pedro. No pretendía hacerte daño.
Ahora podía estar completamente seguro de que estaba mintiendo, pues no paraba de parpadear y de morderse el labio inferior como si eso fuera a ayudarla a ocultar sus emociones. No se daba cuenta de que el engaño no formaba parte de su naturaleza, era demasiado sincera y abierta.
–No lo has hecho.
–¿Sin rencor? –preguntó tendiéndole la mano con una sonrisa en los labios.
–Por supuesto –dijo él aceptando la mano.
Tenía la piel cálida y suave y Pedro tuvo que apretar los dientes para controlar la reacción de su cuerpo.
Paula respiró hondo, visiblemente aliviada.
–Me alegro de haber aclarado las cosas.

2 comentarios:

  1. que interesante se puso ahora!!! ya se volvió tan adictiva esta novela como una cita on el amor!!! Sos una genia!!!

    ResponderEliminar
  2. Wowwwwww, qué geniales los caps Naty. Me encanta jaja

    ResponderEliminar