jueves, 23 de febrero de 2023

Desafío: Capítulo 44

 —¿Ah, sí?


Entonces, sin previo aviso, inclinó la cabeza para buscar sus labios.


—¿Y ahora?


—Sigo un poquito enfadada.


Sonriendo, Pedro volvió a besarla, esta vez con más pasión.


—Estoy siguiendo el consejo de mi sobrina.


Paula no pudo evitar una sonrisa.


—Y no lo haces nada mal.


Aunque no estaba jugando limpio. Nada limpio.



Por la tarde fueron a la consulta de su ginecóloga, la doctora Parks.


—Parece que todo va bien. ¿Sigues teniendo náuseas?


—No, hace dos semanas que no las tengo.


—Estupendo. Por cierto, me han dicho que te has casado, enhorabuena.


—Gracias.


—¿El padre del niño ha venido contigo?


—Pedro Alfonso es mi marido, pero el padre del niño ha muerto —explicó Paula.


—Ah, ya veo. De todas formas, te deseo lo mejor.


—Gracias, doctora Parks.


En ese momento llamaron a la puerta y, enseguida, Pedro asomó la cabeza en la consulta.


—¿Va todo bien?


—Todo va estupendamente. Paula está perfecta.


—Sí, lo sé. Pero es un poco mandona. ¿Podría hacer algo? — sonrió Pedro.


—¿Por qué? Si quiere algo, déselo. Es lo mejor.


—Ah, qué buena idea.


—Bueno, vamos a hacer esa ecografía —sonrió la doctora Parks—. Señor Alfonso, ¿Quiere ver al niño?


—Sí, claro.


—Estupendo. Paula, te advierto que la crema está un poquito fría.


—Lo sé.


Pedro tenía los ojos clavados en la pantalla.


—¿Qué es ese ruido?


—Los latidos del corazón.


—¿Del niño?


—Claro.


Poco a poco se fue formando una imagen en la pantalla. Al principio era una mancha borrosa, pero enseguida vieron una diminuta figura. Era el niño.


—Parece un niño muy activo —sonrió la ginecóloga—. ¿Ves cómo se mueve, Paula?


—Sí —contestó ella, con voz temblorosa.


—¿Quieren saber el sexo del feto?


—Sí, por favor.


—A ver, vamos a investigar un poco… Sí, me parece que tienen una niña. Y, según mis cálculos, nacerá a mediados de agosto.


Pedro se quedó sin aliento.


—Vamos a tener una hija —murmuró, mirando a Paula—. Justo lo que queríamos.


—Es una niña.





Pedro entró como una tromba en casa de su hermano.


—¡Es una niña! —repitió, blandiendo la ecografía.


—A ver, déjame verla —sonrió Romina.


—Qué pequeñita —rió Federico—. Enhorabuena, Pedro. ¿Ya han elegido nombre?


—¿Cómo que es pequeñita? A mí no me parece pequeña…


En ese momento oyeron un golpe en el piso de arriba.


—Muy bien, ya estamos. Pedro, tienes que practicar —rió Romina—. Sube y soluciona el problema.


—Iré contigo —suspiró Federico—. Seguramente Catalina y Nicolás se están peleando. Otra vez.


Cuando se quedaron solas, Paula se aclaró la garganta. Romina no había comentado nada sobre el «Repentino» embarazo y temía que le hiciera alguna pregunta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario