jueves, 8 de abril de 2021

Conquistar Tu Corazón: Capítulo 51

Acompañada de una escolta motorizada, una limusina se detuvo ante el Teresa Denys Memorial Hospital y su alteza real el príncipe Leandro bajó del vehículo. En la entrada estuvo a punto de chocar con su hermana, la princesa Luciana.


-¿Golf? -preguntó ella al ver su atuendo informal.


-Biología marina -sonrió con ironía-. El primer día en meses en que podía practicar mi afición es el que elige nuestra cuñada para tener un bebé. ¿Hemos llegado a tiempo?


-Depende de los genes que ganen -repuso ella-. No sé cómo son las cosas en la familia de Paula, pero los Alfonso tienden a llegar a toda velocidad.


-Tú desde luego sí -Leandro la tomó del brazo y la acompañó dentro del hospital.


-Según Pedro, tú también -sonrió.


Fueron recibidos por el director, que invitó a la pareja real a seguirlo a una sala de espera privada reservada para ellos en el pabellón de maternidad.


-¿Cuándo nos llegará el turno de visitarte aquí? -le preguntó a Luciana.


-Cuando esté tan enamorada como Pedro y Paula -reconoció tras una larga pausa.


En ese momento se abrieron las puertas y entró su hermano. Un vistazo a la sonrisa que adornaba la cara de Pedro les reveló que todo iba bien.


-El personal me dijo que acababan de llegar. Justo a tiempo de saludar a su sobrina, Camila.


-La has llamado así en honor a su abuela -comentó Luciana con sonrisa nostálgica. Abrazó a su hermano-. ¿Cómo están Paula y el bebé?


-Ven a verlo por tí misma. 


La habitación de Paula estaba inundada con las orquídeas locales que tanto le gustaban. Pedro le había construido un invernadero para que pudiera cultivarlas. Con gran afecto, Leandro pensó que, aparte del agotamiento que los dominaba, parecían una familia feliz. La sonrisa de Paula les indicó que pasaran.


-Princesa Camila, quiero que conozcas a tus tíos Leandro y Luciana.


Leandro apartó un poco la manta para observar a la recién llegada. Con su pelo negro y sus pestañas largas, lo dejó sin aliento.


-Va a ser una belleza -comentó con admiración.


-Como su madre -Pedro acarició el cabello de Paula.


-Hablando de madres -Luciana se sentó en el borde de la cama—, ¿Cuándo va a llegar la tuya, Paula?


-Mi padrastro y ella lo harán hoy. Pedro los llamó antes y están impacientes por conocer a Camila. Mi madre dice que aún no se puede creer que es la abuela de una heredera al trono de Carramer.


Leandro pensó que ni la misma Paula parecía creérselo. Incluso después de dos años de matrimonio, todavía miraba a Pedro como si fuera un regalo que jamás había esperado recibir. Pedro le había confesado que sentía lo mismo.


-¿Y cuándo van a ayudar ustedes dos a la sucesión? -preguntó una voz desde la puerta.


Se volvieron para saludar a Andrés Pascale, con bata y una mascarilla colgándole del cuello.


-Que no les sorprenda tanto verme. Mientras respire, ayudaré a traer al mundo a los bebés Alfonso-agitó un dedo acusador hacia Leandro-. Aún no han respondido a mi pregunta.


Sin ceremonia le quitó el bebé a Paula y lo depositó en los brazos de Leandro. La sensación de tener ese cuerpo diminuto derritió algo en su interior, mientras acomodaba a la pequeña como si tuviera años de práctica.


-Hablas con un soltero declarado -rió sin mucha convicción.


-Es lo mismo que decía yo hasta que apareció Paula -rió Pedro-. Solo hace falta la mujer adecuada para cambiar de idea. 


-Apuesto que ahora mismo hay alguien esperándote en alguna parte - corroboró Luciana.


La expresión angelical del bebé no ayudó a que Leandro descartara las palabras de sus hermanos como una simple fantasía. ¿Acaso lo estaría esperando una felicidad similar a la que habían encontrado Pedro y Paula? Solo cabía esperar. 






FIN

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