martes, 12 de enero de 2021

Juego De Gemelas: Capítulo 3

 -Creí que estarías acostumbrada por tu trabajo.


-Todavía no soy una top model -dijo recordando que se suponía que era una famosa modelo. 


Se rió e intentó recordar si Carla había volado alguna vez en primera. Creía que no.


-No creo que tardes mucho en convertirte en una de ellas, a decir por la foto de la portada de World Style.


-Veo que me has estado siguiendo la pista -dijo Paula molesta.


-¿Te sorprende?


Paula se había preguntado cómo saldría el tema.


-¿Te refieres a que lo has hecho porque estamos prometidos? Pedro, tenemos que hablar de eso.


-Prefiero que nos volvamos a conocer antes de hablar de nuestro desposorio -dijo Pedro.


Sus esperanzas de arreglar aquello cuanto antes y volver a Estados Unidos se desvanecieron, pero una parte de ella se reafirmó en su decisión. Cuanto más tiempo se quedara, más posibilidades de que descubriera el engaño. Aquello no impidió que se sintiera feliz por poder pasar más tiempo a su lado.


-¿Qué tal está tu hermana?


-Muy bien. Tiene un negocio de diseño floral y se dedica a hacer arreglos para bodas y eventos sociales.


-Veo que ella también ha triunfado profesionalmente -asintió como si ya lo supiera.


-A ella le encanta lo que hace y sus clientes dicen que se nota.


-A Paula siempre le encantaron las flores.


-¿Recuerdas cuando se dedicaba a agarrar flores de los jardines del palacio para hacer ramos y guirnaldas? -preguntó diciéndose a sí misma que aquella nota de nostalgia que le había parecido discernir en su voz no era más que su imaginación.


-Sí, descalza y llena de flores. Era como una ninfa de los bosques. Seguro que le va muy bien.


-En casi todo, sí -contestó Paula con sinceridad.


-¿Solo en casi todo? -preguntó el príncipe acercándose a ella.


-En el amor, no ha tenido tanta suerte -contestó Paula viendo que aquello le interesaba-. Hace poco, un hombre la decepcionó profundamente.


-¿Cómo?


-Lo encontró con otra mujer.


-Pobre Paula. ¿Lo pasó muy mal?


-Sí, pero yo... yo le dije que no merecía la pena -contestó Paula pensando que era mejor cambiar de tema. 


Le gustaba que hubiera preguntado por ella, pero seguro que solo había sido por educación. Bajó la ventana para dejar entrar el aire. Reconoció el paisaje. No quedaba mucho para llegar al palacio de Pedro. Agradeció que las cartas de Luciana, la hermana de él, la hubieran mantenido al tanto de todo. El olor del jengibre y las orquídeas salvajes le trajeron recuerdos de cuando eran niños.


-Nunca pensé que cuando volviera a la Isla de los Ángeles, tú serías gobernador de la provincia.


-Sí, también de Nuee. Me encargo de la administración de las dos. ¿Qué creías que haría? -preguntó divertido.


-Supongo que te imaginaba buceando por los arrecifes de coral, buscando nuevas especies marinas o intentando comunicarte con los delfines -contestó pensando en que aquello era lo que le gustaba cuando era niño.


-Sigo haciendo todo eso, pero la biología marina es solo una actividad de ocio. Como mi hermano. Gonzalo se empeña en recordarme, como miembro de la familia real, tengo mis obligaciones -rió.


Paula pensó que no hacía falta que nadie le recordara nada. Ya de niño sabía perfectamente quién era y lo que ello significaba, aunque nunca alardeó de ello.


-Todavía me cuesta pensar que eres el heredero del trono -confesó Paula-. ¿He metido la pata llamándote Pedro en lugar de Su alteza real?


-Cuando éramos niños, nunca hubo ese protocolo entre nosotros - contestó moviendo la cabeza-. No quiero que lo haya ahora. De todas formas, no creo que las formas de cortesía sean lo más apropiado entre nosotros, dadas las circunstancias. 

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