martes, 23 de febrero de 2021

Conquistar Tu Corazón: Capítulo 2

 -Encantada de conocerlo, monsieur Alfonso-imitó su tono formal y, casi inconscientemente, le concedió el tratamiento francés, que se prefería en la isla.  En Australia lo habría llamado Pedro sin ningún titubeo, pero su porte arrogante y sus modales severos le sugirieron que, por algún motivo, no sería inteligente hacerlo. Se puso de pie con esfuerzo-. Gracias por su ayuda, pero será mejor que me vaya.


El mareo la dominó y se tambaleó. Al instante, él la sostuvo con un brazo alrededor de los hombros.


-No se encuentra en condiciones de ir a ninguna parte hasta que la haya visto un médico.


Tuvo ganas de refugiarse en su abrazo y dejar que siguiera tomando decisiones por ella. Parecía habituado a hacerlo y Paula se sentía muy cansada; sin embargo, no podía imponerle más su presencia, en particular cuando no resultaba bienvenida.


-Ya ha hecho más que suficiente. Lamento haber invadido su intimidad; me marcharé ahora mismo.


-¿Y cómo piensa irse? -su mirada negra la atravesó.


-Imagino que iré caminando hasta Allora -no lo había pensado-. Me alojo allí, en un hostal.


-En primer lugar, no se encuentra en condiciones de caminar -descartó la idea con un gesto seco- y, menos aún, tres kilómetros.


-¿La corriente me arrastró tanto? -preguntó sorprendida.


-Sí -sonó levemente divertido-. Y, antes de irse a ninguna parte, verá a un médico. Venga, mi villa está más allá de la loma.


-Mire, no era mi intención irrumpir en su playa privada -protestó-. Si alguien de su... personal... me lleva a Allora, lo dejaré en paz. Le prometo que iré al médico en cuanto llegue a la ciudad -añadió antes de que Pedro pudiera decir algo más al respecto.


-¿Siempre es tan obcecada? -frunció el ceño.


-Solo cuando he estado a punto de ahogarme -afirmó con voz cansada. Le dolía todo el cuerpo de haber luchado contra la corriente y a sus piernas les costaba sostenerla. No tenía ganas de tratar con el señor Arrogancia.


-¿Por qué será que eso me resulta difícil de creer? 


La sometió a un escrutinio que le recordó lo mucho que revelaba su biquini blanco. Como se le había olvidado meter en la maleta el bañador, el día anterior había tenido que comprar ese biquini en Carramer, dejando que el entusiasmo de la vendedora pusiera fin a sus reparos sobre lo escueto del material elástico que, mojado, mostraba más de su bonita figura que cuando estaba seco. «Bueno, no tengo nada de qué avergonzarme», pensó retadoramente. No era ninguna supermodelo, pero una dieta cuidadosa y el ejercicio físico habían moldeado su figura. Al mismo tiempo, la lenta inspección de Pedro le provocó un cosquilleo en el estómago que no tenía nada que ver con haber estado a punto de ahogarse.


-Muéstreme el camino -sugirió con voz insegura.


-Siempre lo hago -inclinó la cabeza.


Al tomarla del brazo y guiarla hacia un sendero estrecho que bordeaba una duna, el calor de la mano de su rescatador le quemó la piel. Su extenuación debía de ser la causa por la que se hallaba tan sensible. Quizá él tuviera razón y debía consultar a un médico.


-¿Qué la trae a Carramer? ¿Está de vacaciones? -preguntó mientras ella se afanaba en vano por seguir sus largas zancadas. 


Él lo notó y disminuyó un poco el ritmo.


-Unas vacaciones de trabajo -explicó-. He venido a pintar.


-¿Es artista?


De nuevo captó la desaprobación en su tono y se preguntó cuál sería la causa.


-Es lo que quiero averiguar. En Brisbane enseño arte en un instituto de chicas, pero siempre he querido pintar de manera profesional. He pedido todos los días que me debían de vacaciones para explorar lo que puedo lograr.


-¿Y por qué ha venido a Carramer? Sin duda, puede pintar en Australia.


-Podría, pero había demasiadas distracciones.


-¿Masculinas? -enarcó una ceja.


«Familiares», pensó con cierto resentimiento. Entre una madre enferma que esperaba que Paula la cuidara y una hermana menor malcriada que consideraba que sus necesidades siempre estaban primero, nunca había sobrado tiempo ni dinero para nada de lo que ella había querido. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario