jueves, 5 de agosto de 2021

Conectados: Capítulo 13

¿Podría ser que haber conocido a Pedro estuviese ejerciendo una mala influencia en ella? Ahora estaba empezando a actuar como una verdadera emprendedora, que actuaba sin esperar el permiso de nadie. ¿Qué era lo que había dicho? Ah, sí, que le gustaba correr riesgos. En los últimos meses había estado sacando una hora de aquí y allá para trabajar en lo que Sofía llamaba su pasión secreta: Dibujar. Era lo que quería hacer, más que ninguna otra cosa en el mundo. Por eso le había dolido tanto la traición de Iván, porque para ayudarle en su proyecto había sacrificado tiempo que podría haber dedicado a su auténtica pasión. Paula se agarró a la barandilla para levantarse, pero justo en ese momento sonó su móvil. Se apresuró a sacarlo del bolso, pensando que quizás fuera Sofía, pero cuando lo abrió se llevó una desilusión al ver que solo era un correo electrónico. ¿Y si era de Iván?, se preguntó, quedándose paralizada. Casi sin atreverse a mirar, abrió el programa de correo. Era una notificación de la página de contactos; @deportista le había enviado un mensaje. Paula maldijo entre dientes. Al día siguiente, lo primero que haría sería cerrar la cuenta de Marcela. Soltó el aliento despacio y espero un segundo antes de pinchar en el enlace. Debía de haber pensado que era una completa idiota por haber salido huyendo de él sin darle siquiera una explicación, se dijo. Pero cuando leyó el mensaje puso los ojos como platos.


De: @deportista


Para: @chicadeciudad


"Hola, Pau:


Espero que no te mojaras mucho y que no estés trabajando hasta tarde. Quería disculparme por mi comportamiento impulsivo de hoy en la cafetería. Besarte delante de esas dos chismosas fue una falta de tacto por mi parte. Espero que no te complique las cosas. Después de que te fueras ví que había, apoyado en la pared, un paraguas morado que creo que debe de ser tuyo. Si no te mortifica demasiado la idea de volver a verme, me gustaría devolvértelo en persona. En uno de tus mensajes mencionaste que te gusta la comida mediterránea, y resulta que han abierto hace poco un restaurante de cocina española en el Soho. ¿Te apetecería que quedáramos para cenar? ¿El jueves, a las siete y media? Me encantaría volver a verte; por favor di que sí. Pedro P.D.: Tienen unos quesos estupendos".


Paula se tapó la boca con la mano. Su mente era un hervidero de pensamientos, tanto de preguntas, como de posibles opciones y excusas. Aquella era su vía de escape; lo único que tenía que hacer era darle las gracias educadamente por la invitación y rechazarla. Disculparse, desearle suerte y punto. Ahí acabaría todo. Dejó el móvil en el escalón superior, se frotó la cara con las manos y se masajeó la nuca unos minutos con los ojos cerrados. Iván la había engañado y se había aprovechado de ella, sí, pero… ¿No le habían hecho Marcela y ella lo mismo a Pedro? Todos aquellos mensajes que le había enviado, tantas mentiras… Nunca más volvería a prestarse a esa clase de engaños por mucho dinero  que le ofreciera Marcela. Los hombres con los que había contactado en su nombre se merecían algo mejor; Pedro se merecía algo mejor. Mucho mejor. Había sido tan educado y amable con ella… Pero entonces volvió a leer el mensaje, y lo leyó otra vez, y cuantas más veces lo leía, más claro se le hizo lo que parecía decir entre líneas. La estaba invitando a cenar porque sentía lástima de ella. Se arrepentía de haberla besado, de los problemas que pudiera haberle causado, de haber sido una molestia para ella. Por eso estaba ofreciéndole una cena a modo de disculpa, para sentirse mejor. No tenía el menor interés en ella. Sus dedos fueron de una tecla a otra, escribiendo la única respuesta posible.


De: @chicadeciudad


Para: @deportista


"Hola, Pedro:


Te agradezco tu mensaje, pero no tienes que disculparte por nada. Lo de cenar en un restaurante de cocina española suena maravilloso, y me siento muy halagada por tu amable invitación, pero no creo que sea buena idea que volvamos a vernos. Espero que disfrutes de tu estancia en Londres, y te deseo mucha suerte con lo de las citas por Internet. Pau P.D.: Me encanta el queso".


Vaciló un momento, pero luego pulsó con decisión el botón de enviar, y observó cómo el mensaje desaparecía en el ciberespacio. 

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