martes, 30 de junio de 2020

Chocolate: Capítulo 1

¡Haz que tu despedida de soltera sea muy especial con miembros masculinos realizados con chocolate de primera calidad!

Pedro Alfonso se detuvo en seco y contempló atónito el cartel que decoraba la parte superior del puesto en el que se vendían Los increíbles chocolates de Sofía. Especialidad en bombones para fiestas.

Estaban en el centro de Londres y el catering para fiestas era un negocio en auge, pero lo de «miembros masculinos»… Aquello era lo último que Pedro hubiera esperado ver en una feria de comida orgánica. Se asomó por encima de las cabezas de las mujeres que se arremolinaban alrededor del puesto para probar las muestras antes de realizar su selección. No quería pensar lo que harían con lo que eligieran cuando llegaran a casa, pero no se podía negar que el puesto estaba haciendo mucho negocio para tratarse de un lunes a la hora de comer. Miró rápidamente el reloj digital que había encima de la entrada del metro. Disponía de veinte minutos como mucho para encontrar la galería de arte en la que había quedado con Mariana, su ex esposa, para almorzar, pero podía utilizar parte de ese tiempo para descubrir lo popular que se había hecho el chocolate orgánico desde la última vez que había ido de visita a Londres. Cuando consiguió acercarse un poco más, se dió cuenta de que una rubia menuda y vivaracha era la dueña del puesto. Quedaba completamente oculta tras la oleada de clientes que no dejaban de agitar su dinero y de señalar impetuosamente las bandejas en las que descansaban las figuras, que tenían un tamaño muy natural y resultaban muy correctas anatómicamente.

La rubia llevaba una camiseta con las palabras «Los bombones de Sofía» impresas en el pecho. En cualquier otro lugar, con gente diferente, aquellas palabras podrían tener un doble sentido, en especial porque la camiseta era algo estrecha para una mujer de busto considerable. ¿Sería ella Sofía? Los dulces parecían estar vendiéndose muy bien. Pedro por fin encontró un hueco en la fila. Si el chocolate orgánico que él iba a fabricartuviera una acogida tan entusiasta, no tendría que volver a preocuparse del futuro de su plantación de cacao en Santa Lucía. En realidad, los miembros masculinos no eran exactamente lo que él buscaba para conseguir ingresos extra, pero…

La rubia lo miró, parpadeó dos veces y luego sonrió.

—¡Hola, guapo! ¿Estás buscando algo para tu despedida de soltero? Precisamente tengo lo que necesitas —dijo. Se inclinó sobre el mostrador y sacó una bandeja de bombones que dejaron a Pedro sin aliento—. Es tu día de suerte. Tenemos una oferta especial en todas las partes del cuerpo. ¿Cuántos quieres?

Pedro tosió cortésmente antes de negar con la cabeza.

—Mmm, gracias, pero no necesito dedos de los pies de chocolate hoy, aunque estoy seguro de que están deliciosos. No obstante, ¿le importaría si le hiciera algunas fotografías a su puesto? Ciertamente es… diferente.

—¡Paula! Un caballero quieres hacerles unas fotos a tus bombones. ¿Te parece bien?

Pedro miró por encima del hombro de la rubia y vió a una morena que llevaba uniforme de cocinera. Estaba rebuscando algo entre las cajas. Cuando la morena miró a Pedro, sonrió y sus mejillas se tiñeron de un suave rubor. Cuando habló, no obstante, su rostro parecía animado y alegre.

—Solo si compra algo —replicó. Entonces, se acercó a Pedro y le ofreció una caja de semicírculos de chocolate color rosado con la forma de senos, que contaban con un círculo de caramelo en el centro. Un grano de cacao proporcionaba mayor realismo—. También las tengo de moca, si las prefiere. O tal vez la encantadora Sofía pueda tentarle con una caja de cada sabor. Por supuesto, todas están realizadas con chocolate orgánico confeccionado por una servidora.

La morena le ofreció la caja a Pedro. Casi sin querer, él cerró los ojos e inhaló el delicioso aroma del chocolate.

—¡Vaya! Ese chocolate huele fenomenal. ¿Lleva también un toque de frambuesa?

—Coulis de frambuesa orgánica y extracto de vainilla. Ahora, dígame si quiere comprarlo porque estoy vendiendo los pechos muy bien para las fiestas de despedida de soltero y de soltera. Junio es un mes maravilloso para casarse, ¿No le parece?

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